Papá y mamá, sé que estoy gordo
Mami y/o papi:
Sé que soy gordo, pues eso no es un secreto, basta mirarme al espejo para constatarlo. Por eso, cuando me dices que no lo soy, además de que me confundo, entiendo que también me lo dices porque piensas que estar gordo es malo y quieres protegerme haciéndome sentir que no lo estoy, aunque ambos sepamos que es verdad. Cuando percibo que quieres que coma menos o me dices que no coma ciertas cosas por mi salud, sé que lo que quisieras es que baje de peso y eso me inquieta.
En la escuela me han molestado por el tamaño de mi cuerpo, y sé que a ti eso te duele enormemente, sin embargo, cuando percibo que tú quieres que baje de peso para que dejen de hacerlo, el mensaje que recibo es que ellos tienen razón, que merezco las burlas, y que soy yo quien debe cambiar para que el acoso termine.
Sé que ante todo quieres el bien para mí y lo percibo en cada acto de amor diario, sin embargo en este caso me ayudaría mucho que me hicieras sentir que mi cuerpo no está defectuoso como dicen algunos, y que no necesito modificarlo.
Además sabes bien que por más que lo he intentado, no ha funcionado: cada vez que como familia decidimos ponernos a “dieta” me entra mucho más ansiedad por la comida, y claramente mi cuerpo no cambia de forma importante.
Mami y/o Papi, me encantaría sentir que así soy perfect@, al menos para ustedes, y que ustedes dos me protegieran de los comentarios que hacen los demás sobre mi cuerpo, ayudándome a cobrar conciencia de lo inapropiado que es el que algunos me hagan sentir mal por tener el cuerpo que tengo.
Luchemos juntos contra esta idea injusta de que sólo los cuerpos delgados son buenos cuerpos, no sólo por mí, sino por tantos y tantos niños y niñas que sufren lo mismo que yo.
Por Raquel Lobatón para Naran Xadul
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