Una alarmante epidemia de salud pública: no dormir bien

Por: Ximena Méndez

Publicado: 10 de Noviembre 2019

Vida de familia

Foto: Twenty20

Si pudiera pedir tres deseos ahora mismo, sin duda uno de ellos sería poder dormir más tiempo.

Entre el trabajo, los hijos y el poco tiempo que te dedicas a ti misma y a tus compromisos sociales, no queda nada para una siesta.

Llega el fin de semana y piensas que podrás dormir un poco más, pero tristemente no es así. Si eres de las que durante el día cabecea o se siente agotada, deberías prestar atención a toda tu rutina para saber qué está ocasionando eso, ¿y por qué no? una revisión médica, que no estaría de más. Pero lo primero a descartar son fallas dentro de tus hábitos.

Comencemos sabiendo algunos de los beneficios de dormir suficientes horas.

1. Mayor energía durante el día.
2. Mayor facilidad para aprender información, hacer reflexiones y formar recuerdos.
3. Literalmente representa un descanso para el corazón, lo que favorece a una presión arterial normal.
4. Aumento en la secreción de la hormona del crecimiento, la cual es fundamental para los niños durante su desarrollo.
5. La masa muscular aumenta y favorece la reparación de células y tejidos en niños y adultos.
6. Fortalece el sistema inmune.
7. Favorece la liberación de hormonas sexuales, las cuales son muy necesarias durante la pubertad y contribuyen a la fertilidad.
8. Permite al cerebro transformar la memoria de corto plazo a memoria de largo plazo, dando cabida a más recuerdos y a una mejor retención de éstos.

Y es que mundialmente es alarmante la disminución de este sagrado momento y sus consecuencias tanto en niños como adultos, que van desde un mal desempeño laboral y escolar hasta accidentes automovilísticos.

Algunas cosas que pueden hacer tanto niños como adultos para dormir mejor son.

1. Evitar la cafeína o estimulantes después de las 3 p.m.
2. Hacer ejercicio regularmente, pero que no sea muy tarde, para que le des tiempo a tu cuerpo de liberar toda esa energía producida que seguro te tendrá dando vueltas en la cama.
3. Acostarte y levantarte todos los días a la misma hora.
4. Evitar el uso de pantallas cercana la hora de dormir.
5. Tener una pequeña rutina de relajación antes de dormir.
6. Evitar comidas y bebidas pesadas durante la noche.
7. Incluir, si tu cuerpo y rutina te lo permiten, una siesta diaria de entre 15 minutos hasta 1 hora antes de las 3 p.m.