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Cuando tenemos un niño más pequeño en casa, creemos que el mayor ya es casi un adulto...

Publicado: 11 de Septiembre 2019
Criando con consciencia
Foto: Twenty20
Foto: Twenty20

En cuanto nace el menor, automáticamente el mayor se convierte en un mini adulto, como si ahora que hay un nuevo bebé, él ya dejará de ser niño y tuviera que comportarse de otra forma. 

Un niño no adquiere más madurez, ni más habilidades, ni su vida tiene un nuevo sentido sólo por el hecho de convertirse en hermano mayor. Al contrario, su mundo está de cabeza, hay un caos en su casa que no puede comprender, ahora existe otra persona que le está quitando tiempo a mamá y papá, mientras él sigue teniendo las mismas necesidades que tenía cuando era hijo único. 

Y muchas veces, inconscientemente, le pedimos a los mayores que cuiden a los pequeños, que se porten bien porque los chiquitos los ven, que ahora son un ejemplo a seguir, ¿por qué los niños necesitan estas cargas? ¿Qué no nos toca a nosotros como adultos cuidar de ambos? 

Le pedimos que se comporte perfectamente “porque es el ejemplo a seguir” Le pedimos que se controle “porque ya sabe que su hermano todo le copia” Le pedimos que cuide de su hermano “porque es el hermano mayor” .

Y así le vamos adjudicando una serie de responsabilidades y cargas tan irreales, tan rígidas, tan duras que no corresponden a su edad y que sólo van limitando quien en realidad es.

Una cosa es pedir que no le peguen al bebé o que sean cuidadosos con sus manos mientras intentan abrazarlos, y otra muy diferente, darles un sentido de responsabilidad que algunos adultos ni siquiera han conseguido tener. 

Tenemos que dejar de ver a los mayores como mini adultos, y verlos como bebés y niños que son y esto significa no pedirles que se hagan cargo de sus hermanos menores, ni que los cuiden.

No decirles que ahora son su ejemplo y tienen que comportarse, porque ambos son niños y el ejemplo que tomarán será el de sus padres. 

Tu hijo mayor necesita más atención ahora que llegó un hermanito, y más importante, necesita límites claros acerca de no hacerle daño a su hermano, pero no porque sea el mayor, sino porque no debería ser permitido pegarle a nadie, ni a sus amigos, ni a sus primos. 

Necesita saber que su hermanito será su amigo, su compañero, y es probable que si se llevan poquito tiempo, lo vea como una competencia los primeros años, en lo que su cerebro es lo suficientemente maduro para entenderlo. 

Necesita atención antes de hacer algo malo, pues si sólo le haces caso cuando hace algo que no está bien, le estarás dando el mensaje de que tiene que comportarse así para tener tu atención. Necesita volver a tener tiempos para acurrucarse solo con mamá y papá como antes, para sentirse lleno de nuevo y no necesitar hacer algo más para llamar la atención. 

¿Qué hacer si le pegó al bebé?

Lo primero es hacer sentir bien al bebé, calmarlo y llevarlo a un lugar seguro. Después, respira y dale tu atención al mayor. Baja a su nivel y explícale, que no está bien pegarle a las personas, que pegar duele y que debió haber estado muy molesto para hacerlo. 

Si llora, es una gran señal de que está dejando salir sus emociones y podrá sanarlo. Pero si no lo hace y se enoja más, es tu trabajo mantener la calma, ser muy compasivo y ayudarle a externar sus emociones, puedes decirle que se siente muy enojado por que el bebé está en casa, o que le gustaría que no estuviera ahí. Si empatiza con alguna de las frases su sentimiento saldrá a la superficie. 

Lo fascinante de las emociones, especialmente en los niños, es que una vez que salen, se evaporan. Si tu hijo se siente seguro de hacerlo contigo y mostrar sus emociones tal cual son, podrá redireccionar sus impulsos de pegar. Tal vez no deje de enojarse pero aprenderá a canalizar su enojo de otra forma, como pisar muy fuerte, dibujar, o jugar. 

No le pidas que sea un excelente hermano mayor cuando aún sigue siendo un niño o un bebé, porque ahora necesita mucho más de ti que antes, sentirse más amado y lleno de atención, y no con la obligación de cumplir papeles que no le corresponden. 

Fuente: Laura Markham 

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