Quieres que tu hijo sea un adulto seguro y feliz. Enséñale a hablar de sus emociones
Para hablar con tus hijos de sus emociones. Primero hay que entender esto:
Las emociones son nuestra reacción a los estímulos que nos rodean. Para los niños, es un gran reto aprender a identificarlas, nombrarlas y controlarlas, pues ellos piensan de manera muy concreta, mientras que las emociones pueden llegar a ser sumamente abstractas. Para poder llegar a realmente entender cómo se siente y regularlo de manera efectiva, , es necesario que nosotros les ayudemos a traducir sus sensaciones corporales en palabras y que también les enseñemos cómo lidiar con esto.
Hay que saber nombrar correctamente las emociones
Algo que es importante cuidar cuando hablamos de emociones con nuestros hijos es el vocabulario que empleamos. Tradicionalmente, y de manera errónea, mucha gente categoriza las emociones como buenas o malas. Dentro del rango de buenasnormalmente se ubican la felicidad, la alegría, el amor, entre otras; mientras que las malas por lo general se refieren al enojo, la tristeza, la ansiedad, etcétera.
No debes etiquetar
Las emociones son un tipo de alerta hacia los estímulos, se originan desde el cuerpo y, conforme vamos creciendo, se transforman en ideas y conceptos. Como cualquier alerta, su función es notificarnos algo, es decir, que todas las emociones tienen una razón de ser y cuando esta se cumple, se van, no antes.
La tristeza, por ejemplo, es una invitación a practicar la introspección como herramienta para encontrar aquello que nos duele y poderlo reparar. El enojo, por otro lado, busca ser una defensa ante una circunstancia que de alguna manera nos perjudica, en él podemos encontrar la posibilidad de defendernos, autoafirmarnos y marcar límites claros. El miedo nos prepara para defendernos de algún peligro o huir de él, nos permite mantenernos a salvo aún en la adversidad. Cada emoción tiene un propósito y nos ayuda, de una u otra forma, a responder de manera adecuada a nuestro entorno. Si no enseñamos a nuestros niños a aceptar que todas nuestras emociones son igual de válidas e importantes, nunca podremos tener una salud emocional óptima, ni podremos ayudarles a nuestros hijos a que la tengan.
Es importante como padres construir junto con nuestros pequeños nuevos vocabularios para referirnos a las emociones. Ejemplo: Si nuestro hijo perdió su juguete favorito, en lugar de decirle “sé que te sientes muy mal”, podemos decir “te sientes triste, es normal sentirse así cuando perdemos algo”, así como también debemos cambiar nuestro vocabulario al hablar de otras emociones, por ejemplo, en lugar de decir “se ve que estás muy bien”, decir “se nota que estás feliz.”
En la medida en que podamos ir eliminando las categorías bien o mal para hablar de las emociones podremos realmente sentirlas y conocerlas.
Así como ayudar a nuestros hijos a vivirlas plenamente y no sentirse intimidados por aquellas que son más difíciles de sostener. Y si podemos lograr esto, estaremos brindándoles a nuestros hijos la posibilidad de construir una vida emocional mucho más sana y completa.
Equipo de talleres ZOOM emociones y habilidades sociales.
Psic. Estrella Entebi Mochon
Directora y fundadora del programa
Contacto: 0445552873685 estrella.entebi@gmail.com
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