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Errores de crianza que PROBABLEMENTE hemos hecho y debemos EVITAR

Publicado: 22 de Junio 2019
Criando con consciencia
Foto: IG @burtsbrisplease
Foto: IG @burtsbrisplease

Nadie nace sabiendo ser padre, todo se aprende en el camino. Por esta razón, tanto papás como mamás estamos expuestos a caer en errores de crianza sobre todo en esos momentos llenos de altibajos y desesperación.

Cometer error es parte del ser humano, pero lo importante es que los corrijamos para evitar daños psicológicos y emocionales en quienes nos rodean, como nuestros hijos. ¿Cómo hacerlo? Primero identificar los errores y algunos de los más comunes son:

1. No dar la importancia que se debería los sentimientos de los hijos.

Decir cosas como "no pasó nada" cuando ellos se desahogan sobre algo que los lastimó, incluso se suele interrumpir el diálogo cuando están platicando sobre sus inseguridad o forma de sentir, para exponer experiencias propias.  Los niños se sienten más tranquilos si estás presente y un abrazo los ayudará a calmarse. Siempre ofrece un abrazo para transmitirles seguridad

2. Etiquetar a los niños: No le digas eres un "berrinchudo" o eres un "mentiroso" cambialo por estás haciendo un berrinche o estás diciendo mentiras. 

Es muy sencillo poner adjetivos o etiquetas como “eres un flojo”, “eres antipático”. Los niños acabarán volviéndose lo que les estás diciendo que son. En su lugar, lo ideal es entender el porqué lo hace y así podrás encontrar una solución.

3. No dedicar tiempo de calidad.

Muchas veces la rutina y el trabajo absorben la atención de los papás y delegan las responsabilidad de la crianza en los abuelos, en los hijos mayores o en terceras personas. El tiempo de calidad es mucho más poderoso que la cantidad.  Para lograr un tiempo de calidad con tus hijos debe incluir estos tres aspectos:

  • Observar: No es solo mirar, es darnos cuenta de lo que ellos hacen y lo que nos están diciendo a través de su comportamiento.
  • Escuchar: Estar atentos a comprender lo que nuestros hijos nos están diciendo con sus palabras, su cuerpo, sus expresiones y su estado de ánimo.
  • Compartir: Es importante que realicemos en equipo actividades con ellos. Por ejemplo, las rutinas de la casa, sus actividades escolares y espacios de juego. También, que estemos presentes en los momentos, pequeños y grandes, de su vida. Cuando compartimos, creamos sentido de pertenencia y les enseñamos la importancia de dar y recibir afecto.

4. Dejar a un lado los límites.

Los pequeños necesitan estructura y límites que les ayuden a entender el mundo que los rodea. Es importante establecer rutinas y mostrar con respeto lo que se debe hacer o lo que no, en el momento adecuado.

5. Comparar a los hijos con otros niños

Daña su autoestima y genera problemas emocionales a largo plazo. Mejor enséñalos a conocerse a sí mismo.

6. Ser inconsistentes

es decir, cambiar de opinión a cada rato suele confundir a los pequeños y generar inestabilidad emocional.

7. Implementar castigos durante la crianza.

Es una medida que no enseña a los niños y que rara vez tiene resultados a corto o largo plazo; solo abruma a los niños y es una solución temporal, lo ideal es enseñarles las consecuencias de lo que hacen y cómo afectan a los demás.

8. No dar un buen ejemplo.

Los niños van a copiar nuestros actos, mucho más que lo que les decimos con nuestras palabras. Recuerda que los pequeños son grandes imitadores, y si no reciben una guía adecuada o lo único que ven es violencia, enojo o desesperación, lo más seguro es que sigan ese mismo comportamiento.

9. Elogiarlos por todo lo que hacen puede ser contraproducente

Ya que esperarán una recompensa por todo lo que hacen.

10. Tratar de que el niño sea feliz todo el tiempo.

Es un gran dilema, porque a qué papá o mamá no le gusta que su hijo estuviera siempre feliz. Lo mejor es que le mostremos y le ayudemos a entender todas sus emociones, incluso la tristeza y el enojo. Muéstrales que las emociones son incómodas pero pasajeras, puede acompañarlas y aprender de ellas; son parte de la naturaleza y debe aprender a demostrarlas.

11. Mantenerlos ocupados todo el tiempo.

Debes permitir que tu hijo se aburra para así dejar que ponga en silencio su mente al menos por unos segundos. Así, el pequeño tendrá tiempo de observar el mundo y aprender de él. Solo de este modo será posible que el mismo imagine, piense, sienta y cree. Está bien que quieras que tus hijos “quemen” toda su energía, pero esto puede agotar física y emocionalmente a tus pequeños. Además, si los entretienes constantemente, impides el desarrollo de su creatividad.

12. No limitar el tiempo de pantalla.

Se ha comprobado científicamente que la exposición a los dispositivos electrónicos en exceso, suele dejar daños a nivel emocional y cognitivo, como falta de atención o concentración.

Fuente: Psychology Today  

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