¿Es normal que mi hijo hable solo?
Siempre se ha estigmatizado a las personas que hablan solas. “Mira está hablando sola, ha de estar loca”. Pero nada tiene que ver con esto. Los niños desde los 2 años se hablan a sí mismos, utilizan su voz para animarse, para entenderse, para consolarse, para ser valientes.
Hasta que la vergüenza llega y dejan de hacerlo, porque se piensa que quien lo hace no está bien, que no es normal, cuando no hacerlo es lo que no es normal.
Es muy importante hablarnos a nosotras mismas, porque así es como vas poniéndole palabras a lo que sientes. Además de darte valor, hablarte te motiva, te energiza.
Luis Rojas-Marcos, un psiquiatra de 75 años, que trabajó como jefe de Salud Mental en Nueva York durante los atentados del 11 de septiembre, ha dedicado toda su vida a escuchar a los demás, hoy tiene un libro donde defiende la importancia de hablar con los demás y sobretodo a sí mismo.
En entrevista con El País, Luis defiende la postura de hablarnos más, porque es así como nos ponemos límites, nos gestionamos, nos animamos, y nos consolamos.
Además hablar nos ayuda a conectarnos con los demás y esto trae felicidad a nuestras vidas. “Las personas extrovertidas, que hablan más, que conectan con los demás, están más satisfechas de su vida en general. La razón es sencilla: al conectar con los demás, tenemos relaciones afectivas, nos ayudamos, compartimos y nos apoyamos en situaciones difíciles, y también nos quejamos y pedimos ayuda si la necesitamos”, comenta el psiquiatra.
Para este doctor las palabras son muy importantes, pues así como alientan, también hacen daño. Esto de que se las lleva el viento es una gran mentira, pues son capaces de herir más de lo que se cree.
Las mujeres hablamos más, porque los papás les hablan más a las niñas que a los niños, les enseñan más sobre los sentimientos y según el terapeuta, está convencido que eso nos hace vivir más años que los hombres, porque no nos quedamos con nada en el pecho.
Es por eso que hay que tener cuidado en cómo le hablamos a nuestros pequeños, a la gente que queremos y sobretodo a nosotras mismas. Mientras los insultos atacan el autoestima, la identidad y el valor de la persona, palabras como “cuéntame, perdón y te amo”, pueden mejorar nuestra vida y aportar en la de los demás.
Así que si necesitas hablar, hazlo. Calladita no te ves más bonita, tampoco es de locos, es de sanos, es indispensable para poder procesar todo lo que se vive, para reconectar y para emprender de nuevo.
Fuente: El País