Cásate con un hombre que haga las pequeñas cosas
No te cases con alguien porque es guapo, huele bien y está bien vestido. El tiempo pasará y las circunstancias cambiarán.
No te cases por dinero, porque puedes estirar hasta el último peso, pero con el amor no puedes hacer lo mismo.
No te cases porque es fuerte, porque hasta el hombre más rudo se puede ir hasta el suelo cuando tiene frente a él el pañal más oloroso.
No te cases porque es bueno en la cama, busca que sea bueno para salir de ella, en las madrugadas cuando el bebé llora y tu no se lo tengas que pedir.
Quédate con el hombre que se levante temprano en las mañanas a ver caricaturas con los niños para que tú puedas dormir otro ratito.
Cásate con el que después de un duro día de trabajo llegue a casa y no te reclame por el desastre que hay, pero que sí pueda decirte lo rico que te quedó la comida, o pediste algo rico, porque eso fue lo único que pudiste hacer.
Quédate con el hombre que te de una nalgada o te de un pellizco en las pompas cuando pasas cerca de él, y te dice lo mucho que le gusta, aunque tu lleves dos días con el mismo pants manchado de cloro.
Elige a alguien que te deje elegir películas, que se siente contigo a ver tu novela favorita y haga maratones aunque no le gusten esas series, porque se convertirá en el único con el que podrás compartir ese tipo de cosas.
Cásate con el que te haga chistes malos solo para hacerte reír un poquito, con el que te diga que te ama cuando respiras hondo para no volverte loca y que te da la mano después para que sepas que está ahí, contigo.
Quédate con el hombre que no le importe compartir su cama un año con su hijo, que pueda dormir en una orillita de la cama solo para no despertarte porque estas muy cansada y que te siga abrazando por las noches, aunque a los dos segundos cada uno se volteé.
Busca un hombre que tome responsabilidades como bañar a la bebé en lo que tu puedes checar tu celular media hora sin pena ni culpa, que se encargue de cambiar el primer pañal por la mañana y que se quede despierto contigo cuando tienes que terminar de enviar algo del trabajo.
Alguien que te apoye, que te anime a seguir y que te acompañe en la crianza de los niños, que se involucre, con ese cásate y nunca vuelvas a mirar para atrás.
Inspirado en el texto de Cassie Huff, publicado en Etched in Home With Cassie Huff.