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Cuando sabes que este será tu último bebé...

Publicado: 6 de Julio 2018
Vida de mamá
Foto: IG @Lu_mulloy
Foto: IG @Lu_mulloy

¿Cuándo supe que era mi último hijo? El lugar donde mi intravenosa se introdujo ha sanado oficialmente, el moretón en mi espalda por la epidural ya no es visible.

El suministro de leche que mi cuerpo produce por sí solo se ha secado, y mis tetas ya no son del tamaño ni del peso de una sandía. La hemorragia ha terminado, mis partes íntimas han dejado de sentir que están ardiendo. Los únicos restos que quedan de mi reciente embarazo son las estrías rojas que se extienden esporádicamente a través de mi vientre ahora encogido.

Esta temporada de la vida ha terminado para mí, y estaría mintiendo si dijera que no estoy un poco triste.

Realmente no hay experiencia como la de dar una nueva vida al mundo, y sabiendo que es algo que nunca experimentaré de nuevo, tengo un hoyo en mi estómago que no puedo explicar del todo.  Es algo con lo que mi esposo y yo estamos de acuerdo. Después de todo, nuestras manos y corazones están llenos hasta el borde con cuatro hermosos hijos.

Pero de vez en cuando, me encuentro con una ola de dolor porque esta temporada ha terminado. No habrá más bebés, y una vez que nuestro último bebé supere los trapitos para sacar el aire, biberones y pañales, una vez que se mueva de los vasitos entrenadores a la vajilla, y de su sillita para comer a las sillas de la casa, serán guardados para siempre, para nunca más ser vistos.

Si bien es cierto que nuestra familia se siente completa en todos los sentidos de la palabra, y es cierto que mi esposo y yo amamos las formas únicas en que se construyó nuestra familia, también es cierto que me siento triste de que nunca experimentaré el milagro del embarazo y el parto de nuevo.

  • Nunca más experimentaré el dolor insoportable de contraer mi útero mientras un pequeño ser humano se abre paso a través de mi cuerpo para entrar al mundo.
  • Nunca más experimentaré la euforia de que pongan a mi bebé vivo y respirando en mi pecho mientras suspiro de alivio, uno que mi  cuerpo ha estado anticipando y reteniendo durante nueve meses enteros.
  • Nunca más experimentaré las hormonas antes y después del embarazo, ni los obsequios después del parto, o dejar el hospital en una silla de ruedas mientras mi esposo carga al pequeño ser que acabo de traer al mundo, mientras las enfermeras se ocupan de mi.  
  • Nunca más abrocharé a un bebé recién nacido en su asiento infantil y lo llevaré a casa desde el hospital porque esta etapa de mi vida ha terminado, y es agridulce.

Esta es mi última temporada de maternidad, y escribir eso en voz alta me hace sentir triste.

Estoy agradecida con cada fibra en mi cuerpo que ha podido experimentar esta temporada de bebés cuatro veces en cuatro años. Tal vez sea porque la maternidad no ha sido fácil para mí, y ahora que estoy viendo el fin tengo mucho que decir al respecto. Sé que todo va tan rápido que ya puedo ver cambios en el horizonte.

Esta fase, agotadora, con noches sin dormir y llantos, terminará tan rápido como comenzó. Y poco a poco, mis bebés dejarán de necesitarme.

Así que en estos días voy a abrazar a mi bebé, mi último hijo, un poco más fuerte. Lo retendré un poco más. Saldré de la cama a la cocina y agitaré la última botella antes de que el resto de los niños se despierten porque sé muy bien que pronto terminará. Y esta temporada de maternidad, que ha sido tan sana, hermosa y satisfactoria para nuestra familia, nunca volverá.

 

 

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