12 señales de que tu hijo es un niño altamente sensible
Todos conocemos a niños, o quizá fuimos, un niño altamente sensible. Yo, por ejemplo, no aguantaba ver escenas violentas en películas o caricaturas, me sentía abrumada en lugares ruidosos o llenos de personas, y cada vez que siento algo, hasta hoy en día, ya sea bueno o malo, lo siento intensamente. De niña era muy empática, perceptiva a los sentimientos de los demás, muy soñadora y muy intuitiva.
Según la psicóloga Elaine Aron, hay un rasgo de personalidad que describe esto, y le llama:
Persona altamente sensible.
Esta sensibilidad es innata y es tanto interna, como externa. Es la respuesta a los estímulos: ruidos, luces, cambios en el entorno, relaciones y respuestas de los demás, sentimientos propios y de los demás, etc.
Este tipo de personas viven todo más intensamente y están más atentos a los cambios y estímulos. Para poder apoyar a un niño altamente sensible hay que comprender quién es él.
Algunas señales son:
- Se sobreestimula fácilmente. Le molestan las luces, el ruido y los olores fuertes.
- Sus reacciones emocionales son intensas. Siente mucha felicidad o mucha tristeza. Sus sentimientos se lastiman con facilidad y se toma las cosas de manera personal.
- No le gusta ver caricaturas o películas violentas. Si sale una escena que le asusta o lo incomoda, prefiere voltear hacia otro lado o salir del cuarto. Esto también pasa con escenas de la vida real. Por ejemplo, sufre al ver que un compañero es molestado.
- Cuando recibe una mala noticia o algo lo saca de la rutina, le cuesta mucho trabajo adaptarse y aceptar el cambio.
- Necesita pasar un tiempo a solas cada día. Después de convivir con otras personas o realizar actividades, necesita tiempo para recargar energía.
- Le gusta el arte: pintar, la música y leer.
- Es muy inteligente, curioso, soñador e imaginativo. Es maduro para su edad.
- Es muy observador y perceptivo: “lee” la mente de los demás. Se da cuenta de todo. Cambios en el tono de voz, gestos, lenguaje corporal, emociones, etc.
- Se preocupa mucho por los demás. Es empático, considerado y compasivo. Sufre por el sufrimiento de los demás; se alegra por la felicidad de los demás. Su estado de ánimo cambia dependiendo del entorno.
- Puede parecer tímido o penoso. Prefiere los grupos pequeños y jugar con uno o dos niños.
- Prefiere enfocar su atención en una sola actividad. Se abruma cuando es apurado o necesita hacer muchas actividades al mismo tiempo.
- Es muy sensible a la crítica y no tolera el conflicto. Por esto, puede ser muy perfeccionista e indeciso.
Si tu hijo presenta algunas de estas características, puedes ayudarlo a sentirse seguro de él mismo, a valorar su increíble sensibilidad, y a abrirse poco a poco y tolerar más.
Cuando no lo comprendas, recuerda: su sensibilidad trae retos, pero también trae grandes regalos.
Fuente: The Higly Sensitive Person- Dra. Elaine Aron