Deja de pedirle besos y abrazos a mis hijos, ¡por favor!
Muchas veces, como papás no respetamos los sentimientos o instintos de los pequeños, y los obligamos a hacer cosas como despedirse de beso o abrazo de alguien.
Pensamos que es lo “políticamente correcto” y no queremos que digan que “son unos groseros o poco educados”.
Tal vez como adultos no veamos nada de “malo” en que se despidan de beso de la abuela, del tío o de la prima, pero lo que sí están viendo los pequeños es que no importa lo que sientan respecto a algo, simplemente tienen que hacerlo porque lo dicen sus papás.
Entonces, ¿dónde queda el respeto por los niños, por sus emociones?
Está bien que queremos que sean educados, pero la educación abarca tantas cosas; un simple beso o abrazo no cambiará en nada lo bien o mal educados que son.
Simplemente es respetar su ritmo, la forma en la cual se vincula con los demás. Por esta razón y muchas más yo les pido a todos que dejen de pedirle (o exigirle) a mis hijos que les den besos o abrazos. ¡Por favor!
No, no soy mamá exagerada, simplemente quiero que mis hijos aprendan a expresar lo que sienten de la forma en como ellos quieran expresarse; tal vez no quieran dar besos, pero basta con un saludo de mano o agitada de mano para decir "hola" o "adiós".
Si se sienten incómodos para hacer alguna cosa, lo único que quiero es que lo expresen y no que se “aguanten” porque alguien más dice que tienen que hacerlo.
Si yo siendo su mamá les pregunto si puedo darles un beso, lo menos que espero de los demás es que tengan esa cortesía con mis hijos y no tomen a mal su rechazo, al fin y al cabo ¡SON NIÑOS!
Los expertos fomentan el respeto…
Además, una publicación de la Universidad de Michigan asegura que cuando los padres obligan a los niños a dar un beso o abrazo, les envían mensajes contradictorios:
“Los papás les piden a sus hijos que no hagan nada que los incomode ni que permitan algo que no les agrade, sin embargo, les piden que se dejen dar beso o abrazo para saludar o despedirse de los familiares, es decir, que muestren afecto en contra de su voluntad”.
“Hacer que un niño muestre afecto forzado aunque se sienta incómodo envía el mensaje de que hay momentos en los que no depende de ellos lo que le sucede a sus cuerpos.
Esta puede ser una lección que les haga pensar que permitir el contacto físico inapropiado está bien si conocen a la persona, y eso es algo que no queremos que nuestros hijos piensen que está bien”.