Publicidad

Los "terribles dos años" son geniales, sólo necesitas hacer esto

Publicado: 1 de Febrero 2018
Vida de mamá
Foto: IG @lu_mulloy
Foto: IG @lu_mulloy

​La mayorías de los papás nos asustamos cuando nuestros hijos están a punto de cumplir “los terribles 2”; todos nos dicen “prepárate” para los berrinches, para escuchar “No” todo el tiempo y para poner a prueba la tolerancia cada segundo. Pero, no es así, al contrario, son mejor de lo que piensas porque es cuando los pequeñines forman su personalidad.

La profesora Jen Young, de la Northern Illinois University, explica que los niños de dos años son geniales, ya que a esa edad están descubriendo y formando su personalidad, es decir, aprenden a ser humanos y a demostrarlo.

Ya no son unos bebés que se aprueban todo lo que les damos o hacemos, al contrario, ya son personitas con pensamientos, sentimientos y opiniones propias; los cuales quieren expresar pero no saben cómo hacerlo.

Por esta razón es importante que los papás aprendamos a guiarlos, a darles las herramientas para que entiendan todos los cambios. Los berrinches y enojos característicos de los dos años, son manifestaciones de que están tratando de descubrir la forma en cómo funciona el mundo que los rodea y cuál es su papel en él.

Jen Young menciona que es normal que los niños no controlen su impulsividad y por eso gritan, pegan, se tiran al piso y lloran como si no existiera otra cosa en la vida, pero al terminar estos episodios, podemos hablar con ellos y hacerles sentir que estamos a su lado para lo que necesiten.

Ten paciencia.

La única palabra que nos ayudará a superar con éxito esta etapa es: Paciencia. Si lo logramos, vamos a disfrutarla más de lo que imaginamos.

La especialista señala que muchas veces los papás nos enfocamos en hitos del aprendizaje del pequeño como el aprender a caminar, a ir al baño o a hablar, pero pasamos por alto el que aprendan lo emocional.

Una buena forma de caminar de la mano con nuestros pequeños que están en los “terribles 2”, es siendo nosotros un modelo a seguir.

No hay que olvidar que ellos aprenden con el ejemplo; si les enseñamos que podemos lidiar con las cosas de forma positiva, tendremos seres humanos capaces de disfrutar la vida a pesar de las dificultades.

Dejemos que nuestros niños se expresen y digan lo que quieren y lo que no, lo que les gusta y lo que no. Ellos están llenos de opiniones y, en cuanto empiezan a hablar, no hay poder humano que los pare. 

La independencia es una cualidad que ganan conforme van creciendo, porque no sólo observan, sino que experimentan por sí mismos. Demos esa oportunidad de que puedan hacerlo y maravillémonos viendo cómo se transforman de bebés a niños grandes (futuros adultos felices).

Fuente: Northern Illinois University

Publicidad
Publicidad
Publicidad