3 tipos de temperamento. Descubre cuál tiene tu hijo
Según la investigación de los psicólogos Thomas y Chess, existen tres tipos de temperamento que puede tener un bebé. El temperamento es la manera de ser del bebé. Es su naturaleza, así nació. Aún así, el ambiente le puede ayudar a ser su mejor versión y a desarrollar áreas que le cuestan trabajo.
Así se puede clasificar el temperamento del bebé. Algunos niños son más de un tipo. Estos son:
El niño fácil o flexible.
Ellos son tranquilos, contentos y tienen una rutina. Son predecibles y tienen hábitos regulares. Toleran la frustración y por lo general sus reacciones son moderadas. Se adaptan al cambio con facilidad.
El niño difícil o inquieto.
Son activos, inquietos y tienen hábitos impredecibles. Sus rutinas de sueño y alimento son inestables. Temen nuevas situaciones y personas. Son muy sensibles a los estímulos y sus reacciones son intensas. Les cuesta mucho trabajo adaptarse al cambio.
El niño que le cuesta trabajo adaptarse o tímido.
Pueden ser inquietos, pero también retraídos. Evitan nuevas situaciones o personas, pero con el tiempo se adaptan y se logran acercar. Necesitan el apoyo de adultos cercanos para comenzar a explorar o interactuar. Sus reacciones mejoran conforme se exponen a nuevas experiencias. A diferencia del niño inquieto, él tendrá rutinas y hábitos regulares. Sus reacciones no serán tan intensas y no es tan sensible a los estímulos.
Para entender el temperamento del bebé se deben tomar en cuenta estos factores
- Nivel de actividad y movimiento: ¿El niño tiene mucha energía y constantemente se mueve?
- Regularidad: ¿Sigue una rutina y es predecible en su ciclo de sueño, hambre y control de esfínteres?
- Sensibilidad y reactividad: ¿Cuánta estimulación necesita antes de responder? ¿Cuánta tolerancia tiene a estímulos visuales, sonidos o cambios de temperatura?
- Adaptabilidad: ¿Cómo se ajusta al cambio? ¿Qué tan fácil es ajustarse a nuevas rutinas, personas y experiencias?
- Acercamiento o retirada: ¿Qué tanto se acerca o retira a nuevas situaciones o personas?
- Intensidad: ¿Qué tan fuertes son sus reacciones, ya sean positivas o negativas? ¿Es MUY feliz? ¿Se enoja MUY fuerte?
- Estado de ánimo: ¿Qué tan estables son sus emociones y estado de ánimo? ¿Generalmente está de buen o mal humor?
- Persistencia: ¿Cuánto tiempo dura el niño concentrado a pesar de que la tarea sea difícil y le genere frustración?
- Atención: ¿Se distrae con facilidad, o puede realizar una actividad por un tiempo determinado?
A pesar del temperamento de tu niño, lo más importante es conocerlo y entenderlo. No es necesario encasillarlo. Un niño puede tener un temperamento más difícil, pero aún así si lo apoyas y le das contención, él crecerá feliz y podrá enfrentar los retos que surjan. Como papás, lo importante es conocer el temperamento del niño para predecir y adaptar cómo disciplinar al niño, las expectativas que hay, cómo motivarlo y cómo empatizar con él.
Fuente: “Genesis and Evolution of Behavioral Disorders: From Infancy to Early Adult Life”, American Journal of Psychiatry. Thomas y Chess