¿Quieres ayudar a tu hijo a tener buena autoestima? escúchalo
Desde que compartí la noticia de que sería mamá, no sólo aparecieron las felicitaciones, también los miles de consejos como: “No lo cargues demasiado para que no se acostumbre a los brazos”, “déjalo llorar para que fortalezca sus pulmones”, “no lo toques demasiado para evitar que se enferme”…
Sin embargo, hice caso omiso a todos ellos y al único que escuché fue a mi hijo. Aunque no se expresaba verbalmente, bastaba con observar una mirada, un llanto, una sonrisa, un gemido o una caricia para identificar lo que quería… la mayoría de las veces era estar conmigo o con su papá.
Lo sé, suena un poco cursi, pero es real; diversos estudios de Harvard y de la Organización Mundial de la Salud (OMS) han demostrado que si nuestros hijos hablaran nos pedirían:
Cárgame, te aseguro que no me acostumbraré a los brazos, al contrario, tendré una mayor estabilidad emocional y menos estrés. Abrázame y acaríciame, me ayudará a ser más inteligente e independiente; me da seguridad.
Bésame, no me enfermaré, pero sí tendremos un vínculo muy fuerte y ayudarás a que mi cerebro funcione mejor. Calma mi llanto, así tendré una mayor autoestima e impulsarás mi desarrollo neuronal.
Cántame o háblame, tu voz me tranquiliza y me hace sentir seguro.
Así que si esto es lo que pide mi hijo…. Sólo puedo decir que aprovechemos todo el tiempo que tenemos para abrazar, besar y expresar todo el amor incondicional que sentimos por nuestros hijos; seguramente ellos atesorarán todo esto en su memoria y en su corazón.