¿Por qué los niños tienen que desarrollar una inteligencia emocional?
El ser humano es un ser eminentemente emocional.
Aunque durante muchos años la tendencia haya sido reprimir las emociones, el caso es que la ciencia ya nos está diciendo que esto es una tendencia muy negativa.
Es importante aprender a gestionar las emociones, a permitirse sentirlas y expresarlas de manera sana, sin hacerse daño a uno mismo ni a los demás, y aprender también a escucharlas y aceptarlas sin juzgar.
Cuando trabajamos la inteligencia emocional con nuestros hijos desde el primer momento, les estamos dando herramientas que nos van a facilitar el trabajo más adelante.
Un niño que aprende a identificar y nombrar sus emociones, que confía en que sus padres o sus adultos de referencia las van a validar y respetar, que tiene la seguridad de que sus emociones son normales, es más probable que se convierta en un adolescente que sepa comunicarse mejor, y ese factor de utilizar el comportamiento para comunicar necesidades o emociones con las que no se sienten cómodos, o que les da miedo, se va a ver disminuido.
Evidentemente, todas las etapas de desarrollo tienen años de transición en los que las emociones, las sensaciones y las dudas son nuevas y producen inseguridad y miedo.
Son estos años de transición, precisamente, los que resultan más difíciles durante la crianza. Pero si continuamos promoviendo la inteligencia emocional y atendiendo la causa antes que al comportamiento en sí, conseguiremos que los niños se familiaricen con esas emociones antes, y haremos que ese periodo de transición sea más corto y un poco más fácil.
Por Psicología para niños para Naran Xadul
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