La mamá que llora
Hace unos días mi niño fue al colegio por primera vez. Pasé meses preparándolo para ir a la escuela, le dije a mi esposo que se preparara pues M. podía llorar.
Cuando llegó el día, para mi sorpresa M. fue hasta el salón de clases, se sentó y enseguida empezó a hacer amistades, me despedí y allí comenzó mi llanto.
Comprendí en ese momento que el llanto de una madre no desaparece nunca…
Lloré de miedo cuando supe que estaba embarazada.
Lloré de emoción cuando te vi moverte en el primer eco grama.
Lloré de alegría cuando supe que serias un varoncito.
Lloré de ternura cuando naciste.
Lloré cuando no lograba amamantarte.
Lloré cuando no podía dormir.
Lloré cuando dijiste papá, aun cuando estaba emocionada soñaba que dijeras mamá primero.
Lloré con la primera vacuna.
Lloré cuando otros niños no querían jugar contigo.
Lloré cuando estaba cansada y no podías dormir.
Lloré cuando fue tu primer día de clases.
Sé que faltan muchos eventos que provocarán mis lágrimas, unas lágrimas de frustración otras de cansancio pero sobretodo de alegría. Verte crecer siempre será nostálgico pero emocionante y hermoso a la vez. Espero con ansias cada nueva aventura, cada juego, cada dibujo, cada ocurrencia.
El verte feliz será mi recompensa y cada llanto de mamá siempre valdrá la pena pues eres feliz y yo también y es lo que importa.
Por: Lisseth Velásquez para Naran Xadul
Lisseth Velasquez,mamá de dos niños de 5 y 2. Esposa y psicóloga de profesión y sólo mi correo liss_28@hotmail.com