Cómo crear disciplina según la edad de tu hijo
Cuando mi hijo estaba recién nacido, mi familia me decía: “Imagínate cuando esté corriendo por toda la casa”. “¿Ya pensaste qué vas a hacer cuando haga sus travesuras?”… En fin, ya me estaban preocupando con cosas que todavía no pasaban y que faltaban años para que sucedieran.
Así que decidí no angustiarme y mejor investigué lo que pasaba en la edad en que se encontraba mi hijo, para poder educarlo y guiarlo de forma efectiva. A continuación te comparto las características según las edades, para que pongas en práctica en tus peques esta disciplina inteligente.
Cuando tienen un año
Los niños son curiosos, tienen mucha energía y se mueven todo el tiempo. Su principal desafío es conocer el mundo, así que exploran cada milímetro de su entorno.
Apenas está desarrollando el lenguaje, pero comprende el significado de la palabra “no”; aunque tal vez te cueste trabajo que espere por algo, porque aún no tiene control de sus impulsos.
Una buena opción para educarlos es expresar lo que quieres a través de un tono de voz y una expresión firmes pero positivos. Cuida los detalles en casa; es decir, protege los enchufes, las esquinas de los muebles y olvídate de los adornos de cristal o cerámica.
A los dos años
Llega una montaña rusa de emociones que aún no aprende a expresar. No por nada a esta etapa se le conoce como los “terribles dos”.
Ahora quiere experimentar y poner a prueba todo; algo a lo que comúnmente se le llama “te está probando o midiendo”, o “está viendo hasta dónde puede llegar”. Es importante que descubra que no obtendrá todo lo que quiere (así que prepárate para uno que otro berrinche).
Lo mejor que podrías hacer es minimizar las luchas de poder, evita gritar y ofrece soluciones simples. Incluso, puedes darles un incentivo para lograrlo. Algo muy importante es que le enseñes a entender y expresar sus sentimientos.
Si te encuentras con un berrinche de campeonato, no le des lo que quiere pero permanece cerca por si te necesita. Al terminar, habla con él y explícale (sin gritos ni golpes) que no necesita actuar así para obtener lo que desea.
Cuando llegan los 3 años
Es más independiente y sabe identificar, expresar y controlar sus emociones. Conoce muy bien la idea de causa y efecto; es decir, si hace alguna travesura sabe que obtendrá un castigo o llamada de atención.
Maneja mejor la frustración y los berrinches disminuyen (no desaparecen por completo).
Es importante explicarle las tareas y reconocer su esfuerzo.
Durante los cuatro años
Tiene más habilidades sociales y sabe cómo equilibrar sus necesidades con las de los demás. Disfruta más los juegos y actividades, pero también se queja más cuando le falta algo que quiere.
La fantasía es muy importante para ellos y esto puede generar lo que parecerían mentiras pero en realidad es una confusión entre la realidad y la fantasía. A los 4 años los amigos son muy importantes y buscan entender cómo funcionan las relaciones entre amigos por eso se pelean y se encontentan de un momento a otro.
Lo ideal es que le des tiempo para el cambio de actividades; que se tome su tiempo para concluir lo que está haciendo antes de hacer otra cosa. Nunca lo avergüences en público.
Después de los cinco años
Intenta entender lo que le pasa a las personas, sigue las reglas, tiene un mejor control de sus impulsos.
Debido a su grado de independencia, como papá o mamá debes preguntar qué o cómo es lo que quiere o necesita; sin embargo, no te olvides de los límites.
Cada edad de nuestros hijos es hermosa, y lo único que tenemos que hacer como padres es disfrutar todos los momentos de su desarrollo, así como aprender junto con ellos de lo que trata este maravilloso mundo de papás e hijos.
Fuente: Lawrence University y Lane Community College