5 lecciones que aprendí de una maestra Montessori y que están haciendo maravillas con mis hijos
Educar a un niño no es nada fácil. Como papás podemos cometer muchos errores, pero también tenemos la oportunidad de corregirlos.
Una buena forma de hacerlo es a través de algunas lecciones Montessori, las cuales nos ayudarán a criar niños felices e independientes.
Evita las etiquetas
En algún momento los niños aprenderán palabras como aburrido, tímido, exigente, etc.; pero si las aprenden desde pequeños ten por seguro que no dejarán de usarlas a su favor.
Lo mismo pasa cuando etiquetas a tu pequeño cuando le dices tímido, berrinchudo o enojón. Mejor enséñale a expresar sus sentimientos y a nombrarlos; se vale experimentar las emociones y expresarlas adecuadamente.
Nunca te enfoques en las cosas negativas
Los niños son muy inteligentes, astutos y perceptivos. Si te platican algo y pones más atención en las cosas negativas, pensarán que eso es lo importante y le darán mayor peso.
Evita que tu pequeño se sienta incómodo
Si tu hijo puso su empeño en algo, pero al final lo hizo mal, en lugar de criticarlo reconoce su esfuerzo y deja que él mismo lo descubra y resuelva.
Dile adiós a las malas experiencias
Los niños tienen una capacidad de resiliencia muy grande, y superan cualquier experiencia amarga de forma muy rápida; así que trata de superarlo tú también para que el resto del día sea mejor.
Si necesitas hacer un comentario de lo que ha pasado con alguien más, háblalo en privado o deja una nota, pero evita que tu hijo lo escuche.
Olvídate del “NO”
Un lenguaje más positivo hará que tu hijo crezca más feliz. Pero, ¿ cómo hacerlo? Crea la misma oración con otras palabras, por ejemplo: si quieres decir “no corras”, mejor cámbialo por “si corres puedes caerte y lastimarte, mejor camina con cuidado”.
Siempre hay que recordar que la filosofía Montessori es ayudar a que los niños alcance su potencial en cada aspecto de su vida, y mantengan un adecuado desarrollo social, emocional y físico.
Lo importante de este método es que se hacen independientes, seguros de sí mismos y con una gran autoestima; aunque, por supuesto, tengamos que poner de nuestra parte para ayudarlos a lograrlo.
