Emociones que bloquean el aprendizaje
Muchos estudios han determinado desde hace tiempo que las emociones son un elemento clave en el proceso de aprendizaje. Estas influyen mucho en nuestra motivación para aprender. Además, actúan en nuestra percepción, en la retención de la memoria, en nuestros procesos de razonamiento y en la capacidad que tenemos para resolver problemas.
Particularmente, las emociones modulan la cantidad de atención que le dedicamos a algo, lo que determina qué acciones tomamos al respecto de eso que aprendimos.
El aprendizaje y las emociones en el marco del Covid-19
Considerando los meses que llevamos en confinamiento debido a la pandemia por COVID-19, y que los niños han tenido que reanudar sus clases desde casa, el tema de las emociones, positivas y negativas, relacionadas con el aprendizaje es hoy más importante que nunca.
Para los niños han sido ya muchas semanas fuera de rutina, sin ver a sus amigos y confinados a sólo algunos espacios. Las emociones negativas pueden recrudecerse en este entorno e ir tomando control de la situación.
Si reconocemos y entendemos cómo ayudarlos a manejar emociones como el enojo, la ansiedad y el pesimismo, los podremos ayudar a salir de esta etapa más resilientes y fortalecidos.
Emociones que pueden bloquear el aprendizaje
Obviamente, en la actualidad existen varios factores por los que los niños podrían tener un rendimiento escolar por debajo de lo habitual. Aprender en aislamiento es un reto muy grande para algunos pequeños. Y, aunque los niños se conecten por videollamada, básicamente están aprendiendo solos.
Las clases en línea son difíciles incluso para algunos adultos porque requieren muchas habilidades de auto regulación. Los niños aún no cuentan con el desarrollo ni las herramientas para auto regularse y, tristemente, están teniendo que adaptarse a marchas forzadas.
Tengo Iniciativa, la serie de emprendimiento, educación financiera y finanzas para niños creada por Sofía Macías ha abordado este tema en su blog y ha brindado acciones que podemos tomar para mitigar los efectos de algunas de las emociones negativas más comunes.
1- Ansiedad
El aislamiento y la escuela a distancia pueden causar ansiedad en los niños. La ansiedad provoca problemas de concentración, dificulta la resolución de problemas y altera los patrones de sueño. Por estas razones, los niños que padecen ansiedad se vuelven irritables y están constantemente tensos. Sus cerebros jóvenes no saben cómo sobrellevar esto la capacidad de aprendizaje disminuye.
Para ayudarlos a atravesar una etapa de ansiedad es bueno reafirmar sus sentimientos y dejarles claro que nosotros también padecemos la incertidumbre de este momento. Así mismo, debemos ser un ejemplo para ellos. Permitamos que aprendan que ante una crisis debemos actuar con calma y tomar decisiones sin entrar en pánico.
Otro consejo importante para mantener bajo control la ansiedad de los niños es mantener un horario estructurado. Alternar actividades escolares con actividades recreativas es la mejor estrategia. Y también tenemos que considerar tiempo libre. Y, en el marco del Covid-19, debemos hacer un espacio para la socialización, aunque sea de modo virtual, con otros familiares y amigos.
2- Frustración
Hay muchas y muy buenas razones por la que los niños sientan frustración en estos momentos. Pueden sentirse frustrados por la escuela en línea, ya sea porque se sienten perdidos en clase, lejos de sus compañeros y maestros, o porque no les encanta que sus padres tengan que estar tan involucrados en sus clases todos los días.
La frustración usualmente se expresa con cambios de ánimo. Tal vez han aumentado las peleas entre hermanos o las confrontaciones con los papás. También puede ser que los niños posterguen las actividades escolares o que de plano no las hagan.
El mejor consejo para tratar la frustración es trabajar en nuestra comunicación con los niños. Buscar el momento adecuado para acercarnos con ellos y preguntarles qué sienten, qué piensan, qué les molesta.
Lo segundo es enfocarnos en ser pacientes y buenos escuchas de lo que nuestros hijos expresan y tratar de entender lo que están sintiendo. Siempre debemos validar y respetar lo que dicen.
3- Pesimismo
Aunque hay muchos estudios que afirman que un poco de pesimismo ante las situaciones adversas tiene algunas ventajas porque “nos prepara para lo peor”, vivir viendo el lado negativo de las cosas es muy desgastante.
Los niños no viven en una burbuja (tampoco deberían). Escuchan las noticias, presencian conversaciones entre adultos e, incluso, tienen acceso a redes sociales. Esto los expone a una cascada de malas noticias, algunas más veraces que otras, que puede hacerlos perder la esperanza.
Además de ser cuidadosos con la calidad y la cantidad de información que rodea a nuestros hijos, hay 3 preguntas importantes que podemos discutir con ellos para ayudarlos a salir del pesimismo y llegar a un punto, si no optimista, sí más neutro:
- ¿Qué es lo peor que puede pasar?
- ¿Por qué estás tan seguro de que las cosas irán mal?
- ¿No crees que es preferible esperar lo mejor en lugar de lo peor?
Solamente cambiando algunas palabras en nuestro discurso, y ayudándolos a ser más reflexivos, podemos hacer una gran diferencia en su mentalidad.
Los niños están haciendo un gran esfuerzo emocional
Debemos reconocer que los niños están haciendo un gran esfuerzo emocional y nos han dado grandes lecciones de resiliencia al estar encerrados durante meses, sin ver a sus amigos y fuera de su rutina.
Ser empáticos y pacientes con ellos (y también con nosotros mismos) es una labor prioritaria para los padres. Todos estamos atravesando una situación sin precedentes y hay que recordar que ellos y nosotros estamos haciendo lo mejor que podemos.
Si quieres saber más de este y otros temas sobre educación financiera y finanzas para niños, emprendimiento, autoconocimiento y educación visita el blog de Tengo Iniciativa y suscríbete a su newsletter.