Rapar a tu bebé, ¿funciona o no funciona?
Seguramente has escuchado –si es que no te lo recomendaron en cuanto tuviste a tu bebé en brazos– que si se rapa a un bebé a los pocos meses de nacido su cabello crecerá más rápido y grueso.
Sin embargo, un estudio realizado por el Trichological Centre en Singapur revela que se trata de un mito o creencia de las abuelitas o de las personas mayores, debido a que rapar al bebé no causa ningún cambio en el cabello.
“La textura del cabello y el crecimiento están directamente relacionados con la genética del bebé”, señala Leonica Kei, directora del Trichological Centre y especialista en el tratamiento del cabello.
Por ejemplo, es normal que los bebés pierdan el cabello con el que nacieron al mismo tiempo que les crece el nuevo (por eso ni cuenta te das), el cual puede ser más grueso, rizado o lacio; incluso, con un color diferente.
Todos estos cambios son ocasionados por los genes que se encuentran en los folículos pilosos (glándulas que se encargan de producir cabello); son los que determinan la cantidad de cabello que tendrá el niño, la textura y el tipo (fino, mediano, grueso, ondulado, rizado o lacio).
“La cantidad de folículos pilosos está predispuesta genéticamente, por lo que no se puede modificar al rapar a los niños o dejarlos con el cabello largo”.
No obstante, sí existen factores que influyen en la salud del cabello como el tipo de alimentación; si recibe los nutrientes necesarios te darás cuenta que no sólo el pequeño estará saludable, sino que su cabello será más fuerte.
Piensa si es necesario…
Una vez desmitificada la idea de rapar a tu bebé para que tenga un cabello saludable, es importante que pienses si realmente quieres hacerlo; los especialistas señalan que el cuero cabelludo del bebé es muy sensible y raparlo puede generarle molestias.
Si te decidiste por raparlo, lo más recomendable es hacerlo de día porque es cuando los bebés están de mejor humor. Ten a la mano cosas que lo distraigan, y terminado báñalo con agua tibia para evitar que se queden cabellos pegados a su piel que puedan incomodarlo.