Las calificaciones no importan tanto, educar las emociones es mucho más importante: especialistas de Harvard
Que tu hijo saque 10 en la escuela o sea el niño más avanzado en el kínder en cuanto a conocimientos escolares, claro que merece reconocimiento, pero no es tan relevante como los valores que debe aprender cuando es pequeño.
De acuerdo con psicólogos de Harvard, los niños necesitan que sus papás les ayuden a desarrollar la empatía, el cuidado y la compasión por las personas que se encuentran a su alrededor.
La mejor forma de lograrlo es dejar que disfruten de su niñez. En lugar de presionarlos para que saquen buenas calificaciones, permite que se ensucien, que trepen árboles, que interactúen con otros niños para que aprendan habilidades como la resolución de problemas y la negociación con sus pares.
Enséñale la amabilidad, el respeto por sus semejantes, el trabajo en equipo y la comunicación. Cuando un niño es emocionalmente sano, los demás aspectos de su vida fluyen por sí solos.
“Cuando los niños se identifican con los demás y se responsabilizan de ellos, es probable que sean más felices y tengan más éxito”, señalan los especialistas de Harvard. Por eso aconsejan a los papás:
1. Demuestra tu cuidado y amor a tus hijos, porque con esto aprenderán a hacer lo mismo por los demás. Atiende sus necesidades, respeta su personalidad y habla sobre las cosas importantes para ellos. Básicamente, pasa tiempo de calidad con ellos.
2. Sé un buen ejemplo, recuerda que los pequeños aprenden de la observación; incluso, habrá veces que te sientes “bajo su lupa”, miran tu comportamiento y copian todo lo que pueden. Así que si observan que tienes buenas acciones y valores, seguro ellos las tendrán.
3. Enséñales a priorizar al hacer que cumplen sus compromisos, defender sus creencias, cuidar que sean respetuosos y aprendan las consecuencias naturales de sus actos, es decir, que distingan cómo todo lo que hacen puede afectar a los demás.
4. Muéstrales cómo ser agradecidos y explícales que eso les ayudará a ser útiles, compasivos, generosos, felices y saludables.
5. Ayúdale a entender sus emociones para que aprendan a identificarlas y expresarlas, no importa si son positivas o negativas. Deben aprender que pueden afrontar cualquier situación cuando realmente se conocen a sí mismos.
Cuando crías niños éticos, respetuosos y empáticos, ayudas a que tengan relaciones sólidas en su vida y, por ende, sean más felices. Tal vez sacar buenas calificaciones le de conocimientos para desarrollarse profesionalmente, pero sólo es un plus.
Fuente: Harvard, revisada por Karen Zaltzman, Coach en crianza