Cuando un niño no se puede tranquilizar, necesita conexión y confort, no críticas y control
Los berrinches llegan a ponernos de malas a todos y justo esa reacción es lo que hace que todo empeore a la hora de tranquilizar a un niño.
Lo primero que hay que entender es que sólo tenemos control de nuestras emociones para con nuestros hijos, y no el control de las de ellos, cuando criticamos la razón de su berrinche, los cuestionamos y tratamos de controlarlos lo más rápido posible estamos interfiriendo en algo que durará toda su vida: una salud emocional.
Pero por otro lado también es muy difícil, muchas veces lloran de la nada y pueden durar horas gritando, y por más calmados que estemos como padres, llega un punto en el que no sabes si su vida está en peligro, porque no te explica que necesita y así le des 800 juguetes nada lo tranquiliza.
Qué debes hacer en una situación como esa, cómo ayudamos a pasar un berrinche de la mejor forma. Bueno, Janet Lansbury, Coach de crianza respetuosa tienen varios consejos.
Primero hay que entender que el niño está expresando algo que dentro de él es muy fuerte y la única forma que conoce es llorando y gritando.
No lo distraigas con juguetes, música, comida o la televisión, porque sólo podrían empeorar las cosas, no lo critiques, ni juzgues la razón de su llanto, tu hijo dejará de llorar cuando sienta que está listo para hacerlo, cuando haya expresado todo lo que siente, lo que nos lleva al siguiente consejo de la terapeuta.
Déjalo pasar todos los días y cada uno de ellos. Es lo más sano y positivo para ellos experimentar toda la fuerza del berrinche y pasar por ellos de forma directa. Tal vez para nosotros no parece ser lo mejor, pero en ese momento lo que los niños necesitan es sacar exactamente lo que sienten. Confía en ello, porque solo así lograrán sentirse mejor.
Mientras tú ves que quiere un conejo y después de dárselo lo avienta, tu hijo por dentro está viviendo emociones duras, no puedes dejarlo e ignorarlo durante el berrinche y eso es probablemente lo más difícil, porque tienes que estar ahí y hacerle saber que lo que esté en tus manos lo arreglarás y seguirás amándolo, y al mismo tiempo dejarlo expresarse sin intervenir.
El reto más grande es para nosotros, aunque ellos tampoco lo están pasando bien, así que mejor deja de criticar y tratar de controlar algo que es normal y tiene que pasar, mientras se fortalece una conexión.
Fuente: Janet Lansbury