Las horas de juego en el parque son cruciales para el futuro de tu hijo
Cada hora qué pasa tu hijo en el parque es una hora en la que aprende habilidades valiosísimas para el presente y el futuro.
Hay una etapa muy importante en la que los niños aprenden a percibir su propio cuerpo en un entorno, se llama propiocepción y sentido vestibular. Esto es lo que hace que sepas donde están las partes de tu cuerpo sin tener que mirarlas, y gracias a eso puedas cambiar tu pie del acelerador al freno sin ver, escribir en un teclado sin mirar las letras o llevar las palomitas de la caja a tu boca de manera automática. Mientras que el sentido vestibular es la capacidad de apreciar tu cuerpo en relación a las cosas que te rodean, es lo que te conecta con otros sentidos y te da el equilibrio.
Esto se desarrolla antes de los 6 años gracias a actividades físicas y el parque con juegos es el mejor lugar para aprender a hacerlo.
Hoy en día los niños pasan la mayor parte del tiempo frente a pantallas, según la Asociación Americana de Pediatría, los niños pasan alrededor de 8 horas viendo videos, televisión o jugando con celulares o tabletas. Lo que disminuye la capacidad de desarrollar la propiocepción.
Cada que voy al parque veo a más papás atrás de sus hijos que sentados en las bancas. Escucho todo tipo de comentarios que empiezan con las palabras “no” o “cuidado” y mucho estrés en ellas. Esto es porque como papás estamos alertas de cualquier accidente y vemos cientos de peligros que podrían pasar en un parpadeo cuando nuestro hijo quiere subir las escaleras, se quiere aventar de cabeza de la resbaladilla o corre sin control en un camino de piedritas.
Pero todas estas actividades que requieren esfuerzos físicos y representan retos para los niños son las que les ayudará a hacer muchas cosas de adultos, algunas como escuchar, poner atención y poder mantenerse quietos.
Primero tienen que conocerse, reconocerse en el ambiente, controlar su cuerpo para poder hacer lo otro. Sin propiocepción y sentido vestibular, hacer cosas sencillas como probar nuevos platillos, ponerse su propia ropa, hacer la tarea, o bailar podría ser la actividad más difícil y nefasta para ellos en el mundo.
Algunas cosas que puedes hacer para ayudar a desarrollar estos sentidos:
- Dedica tiempo de juego al aire libre, todos los días.
- Corran en círculos.
- Suban un monte y bajen rodando.
- Subirse a los columpios.
- Escalar.
- Saltar una cuerda.
- Jugar en los pasamanos.
- Nadar
- Bailar
- Cargar cajas
- Empujar un carrito o vagón grande.
- Barrer hojas del pasto
- Levantar cosas pesadas del suelo
- Cavar en la tierra
- Cargar cubetas con agua o arena
- Jugar con masitas
- Dar abrazos
- Saltar en un brinca brinca
- Masticar cosas de distintas texturas
- Apachurrar cosas
Tu papel como papá en los juegos es de sombra de tus hijos, sobre todo en un inicio. Déjalos que tomen riesgos, que exploren y se atrevan, solo mantente cerca en caso de que pierdan el equilibrio o se atoren, pero siempre resistiendo la tentación de sobreproteger y sobre ayudar.
Recuerda que tus hijos conocen su cuerpo y sus límites cuando exploran de manera autónoma. La razón por la que sientes que tu hijo no te escucha está en su atención y la forma de hacer que esto suceda es dándole prioridad al juego.
Con información verificada por Karen Zaltzman, Coach de Crianza.