Cuando los hermanos en vez de ser aliados se convierten en rivales
“He luchado para que mi mamá me quiera más que a mis hermanos, y he tratado que mi papá esté más conmigo que con mis hermanos” (A.T 8 años)
Con el paso de los días parece ser cada vez más “normal” y natural” que exista una lucha de poderes entre los hijos, en ocasiones algunos padres de familia lo consideran sano ya que genera la competencia entre los hijos y eso provoca que sean perseverantes y peleadores.
Algunas investigaciones han mostrado que el 45% de los hermanos en edad adulta, tienen relaciones difíciles y complejas por conflictos no resueltos en la niñez, otros “resuelven” sus conflictos alejándose y evitando a sus hermanos, pero también existen los hermanos que logran encontrar un espacio pacifico y armónico para tener una relación cordial y de respeto.
Estos conflictos generan en los niños sentimientos muy contradictorios, los cuales pueden reaparecer en cualquier situación, ya sea en alguna reunión familiar, alguna festividad, el cumpleaños de alguno de los hijos, o cuando uno de los hijos recibe un regalo o un premio. También hay que mencionar que cada uno de los hijos adopta el rol más conveniente para el o ella, por ejemplo el hermano mayor se vuelve autoritario y demandante, el hijo menor se rebela contra esta “autoridad” y adquiere un rol de indefenso y así podemos ver la dinámica familiar.
El origen de esta rivalidad en la mayoría de los casos se da debido a la interacción que cada uno de los hijos tiene con sus padres, aunque también existe una correlación en la relación que se da entre los hermanos.
Algunas veces como padres de familia no nos damos cuenta y tenemos algún “favoritismo” por un hijo más que por el otro, o podemos ser más cariños con uno que con otro, o castigamos a uno más que al otro, y estas acciones por nuestra parte generan tensiones entre los hermanos.
RECOMENDACIONES PARA FOMENTAR BUENA RELACIÓN ENTRE LOS HERMANOS
1. Respetar las necesidades de cada hijo: Tratar de cubrir las necesidades de cada hijo, ya que cada uno tiene intereses y gustos diferentes.
2. Evitar las comparaciones: No comparar a los hermanos, ya que eso lastima la relación entre ellos, les genera inseguridad y baja autoestima. Cuando se quiere elogiar a alguno de los hijos, debe ser por alguna acción o logro especifico.
3. Límites y reglas dentro y fuera de casa: Las reglas de convivencia dentro y fuera de casa deben ser claras, eso ayudará a que los hijos tengan una relación de respeto, no harán entre ellos comparaciones ni habrá lugar para burlas.
4. No intervenir: Dejar que los hijos conversen y lleguen a acuerdos para mantener una relación de respeto. Si la situación se sale de control como padres será necesario intervenir y recordarles las reglas de la casa.
5. Mantener una comunicación abierta con los hijos: Es necesario darle a cada hijo su espacio. Cuando la comunicación es abierta entre los hijos y sus padres, ellos se sentirán escuchados, disminuirán los celos, enojos y rivalidades.
6. Incentiva actividades en conjunto: Buscar actividades para toda la familia, o dejar que cada hijo decida cuál será la actividad del fin de semana que le toca, de esta forma todos tendrán un lugar importante dentro de la familia.
7. Mostrar amor y respeto: Como padres de familia, debemos modelar las conductas que esperamos de nuestros hijos. Si mostramos amor y respeto por cada uno, respetando sus necesidades y gustos, entre los hijos ellos también lo harán.
Adi Tzaban Cohen, Psicóloga y Coach
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