¿A tu hijo le encanta jugar con “cosas de niñas”?… ¡Es parte de su desarrollo!
Estamos inmersos en una cultura llena de estereotipos, por lo que cuando alguien se sale de ellos es criticada porque “está mal” o es etiquetada como rara porque simplemente no encaja dentro de los estándares.
Lamentablemente, esta situación se vive desde la infancia, donde nos han enseñado que el color azul es para niños y el rosa para niñas, que los niños deben jugar con coches y pelotas, mientras que las niñas deben hacerlo con muñecas y cocinitas.
Incluso, un estudio de la Universidad de Málaga, revela que estos estereotipos son tan penetrantes que los niños los captan desde una edad temprana y esto favorece a que continúen de generación en generación.
Pero en realidad hay muchos niños que disfrutan jugar a las muñecas, escogen siempre objetos color rosa y quieren jugar con el maquillaje de mamá, así como hay niñas que escogen jugar con carritos o superhéroes.
Esto es parte de su desarrollo. Los niños están aprendiendo de lo que ven a su alrededor y lo expresan a través de su juego totalmente libre de complejos o estereotipos.
El juego tiene una función social importante. Los niños preescolares están entendiendo qué quiere decir ser bueno o malo, perrito o gato, así como también mamá o papá, empresaria o chef, atleta o bailarín.
La manera de entender e interiorizar cómo funciona el mundo es, entonces, a través del juego. Según un estudio de la Universidad Estatal de Michigan, éste les permite usar su imaginación, desarrollar habilidades sociales y emocionales.
Es necesario que los pequeños tengan la libertad de jugar con todo tipo de juguetes (sin catalogar que sean de niños o niñas) porque sólo así podrán interactuar con los demás y representar lo que viven en su mundo real o usar al máximo su imaginación.
¿Cómo poner tu granito de arena para derribar estos estereotipos? En tu entorno deja de etiquetar las cosas, no digas “es de niños”, “es de niñas”, dale la opción de escoger libremente, haz que las cosas sean neutrales.
Revisado por Karen Zaltzman, quien tiene estudios de licenciatura y maestría en pedagogía; asesora de crianza certificada por PCI.
Sus grandes pasiones: ser mamá de 3, cocinar, leer, estar en el agua, inventar y acompañar.