Al mantener cerca de ti a tu bebé, lo haces más fuerte física y emocionalmente
Desde que nacen, nuestros hijos deberían estar cerquita de nosotros.
La recomendación del contacto piel a piel en los primeros días es importante, no sólo para demostrarles todo nuestro amor, sino para ayudarles en este gran paso que están dando: iniciar una vida fuera del útero (su lugar seguro durante nueve meses).
No es una exageración decir que tocar al bebé es dar amor, ya que desde que nacen, cada vez que los tocamos, maravillados de lo pequeños y suaves que son, producimos oxitocina: la hormona del amor.
Esta cercanía es primordial porque, según especialistas de la Unicef, ayuda a desarrollar el vínculo madre-hijo; además, se reduce el estrés de ambos, ayuda a regular la temperatura, la frecuencia cardiaca y la respiración del bebé. También estimula la digestión y favorece la lactancia.
Pero, una de las cosas más sorprendentes es que al estar cerca del bebé le ayudamos a fortalecer su sistema inmune, debido a que las bacterias “amigables” de mamá colonizan la piel del bebé, brindando protección contra enfermedades o infecciones.
Para obtener todos estos beneficios puedes colocar a tu hijo sin ropa pegado a ti mientras se alimenta, incluso se pueden cubrir ambos con una manta. Sin embargo, existen otras formas de favorecer la cercanía con tu bebé:
1. Al momento del baño
El contacto de piel a piel no sólo se refiere a pegarlo al pecho de la madre, sino a aprovechar el sentido del tacto, y el baño es un gran momento para practicarlo, sólo tenemos que asegurarnos de contar con todo lo necesario para mantener esa sensación de seguridad entre mamá, papá y bebé.
Por ejemplo, podemos conseguir una tina o bañera anatómica y confortable que permita bañar al bebé de forma segura, monitoreando que la temperatura del agua siempre sea la adecuada y así recorrer su piel con el agua y el jabón.
Foto: Liverpool
Además, para disfrutar el momento del baño al máximo, es importante que tengamos todo lo necesario a la mano, como el jabón, la esponja, la toalla y la ropita. Incluso, hay tinas que sólo se les baja la tapa para convertirlos en un cambiador.
Al final del baño no hay que olvidar darle un suave masaje con cremas diseñadas especialmente para los bebés, el estar en contacto piel a piel, también le ayuda a estimular sus sentidos.
Foto: Liverpool
2. Al acurrucarlo en tus brazos
La cercanía con el bebé también se experimenta cuando lo cargamos y lo acurrucamos entre nuestros brazos cuando necesita calma o apapachos. Para hacerlo más práctico y tenerlo cerquita de nosotros la mayoría del tiempo, podemos usar un portabebés, un fular, un rebozo o canguros.
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Aprovechemos cada momento que tenemos con nuestros hijos, disfrutemos al máximo cada experiencia y busquemos las opciones que nos faciliten todo este proceso, porque el tiempo se va volando, y así, al mirar hacia atrás, podremos tener esa sensación de tranquilidad, nostalgia y amor.
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