5 acciones de mamá que fortalecen las conexiones CEREBRALES de bebés menores de los 9 meses.
Un bebé se comunica de muchas maneras desde muy temprano. Una manera de comprender esta comunicación e interacciones es a través de la teoría de servir y devolver. Esta, apoya el desarrollo cerebral de tu bebé de maneras muy importantes.
Pensemos en una conversación: una persona inicia y la otra responde, una envía un mensaje y la otra manda otro de regreso. Lo mismo sucede en un juego: alguien avienta la pelota, la otra la cacha y la vuelve a aventar. También pasa esto en los juegos de mesa: debemos tomar turnos para jugar.
Estos intercambios también pasan con tu bebé: él envía mensajes y tú le respondes. Ocurren de manera tan natural que probablemente no te des cuenta.
Él te sonríe y tú le sonríes de vuelta, quizás voltea a ver un juguete y tu lo acercas para que lo toque, le cuentas un cuento con diferentes tonos de voz y él se ríe. Todos estos ejemplos ocurren cuando uno responde a los mensajes del otro.
Es un ciclo: Mientras más respondas a sus mensajes y él a los tuyos, habrán más intentos interacción de ambos lados.
Este tipo de interacciones se llaman “servir y devolver” y ocurren cuando el bebé se comunica de distintas maneras, como llorando, balbuceando, con gestos y el adulto responde de manera oportuna haciendo contacto visual, con un abrazo, con una caricia o hablándole de regreso.
Esta comunicación de “ida y vuelta” apoya su desarrollo cerebral y hace que se formen conexiones neuronales que apoyan las habilidades sociales, emocionales y comunicativas de tu bebé.
También, esto ayuda a formar un apego seguro, a conectar y relacionarte con él.
Mientras el cuidador esté atento a las señales y necesidades del bebé, estas interacciones de servir y devolver pueden ser muy divertidas y enriquecedoras, y lo ideal es que sucedan de manera natural y espontánea.
Algunas maneras de fomentar estas interacciones son:
1. Prestar atención a las señales del bebé
Por ejemplo, cuando balbuceé o se ría de algo, observar qué lo hace reír e interactuar. Esas son oportunidades de estimulación.
Prestando atención a lo que el niño “sirve”, puedes conocer sus intereses, habilidades y fortalecer tu relación con él. También fomentas su curiosidad.
No es necesario hacer esto todo el tiempo, pero sí algunos momentos del día, como cuando salen de paseo, le cambias el pañal, se viste o están jugando juntos.
2. Devolver lo que tu bebé te “sirve”
Lo importante es motivarlo y mostrarle apoyo. Puedes hablar, mover la cabeza, hacer un gesto o acercar el objeto que está llamando su atención.
Si un niño nunca recibe respuestas se sentirá frustrado o estresado, y esto afectará su desarrollo. Si sus mensajes son recibidos y respondidos, se sentirá querido, entendido y acompañado.
3. Poner en palabras
Cuando se vista, nombren las partes del cuerpo y las prendas que usa, cuando se bañe, también.
Quizás esté llorando y se sienta muy frustrado o cansado, ayúdalo a nombrar esos sentimientos para que después pueda manejarlos.
Al nombrar lo que ve, hace o siente se están formando conexiones neuronales que le ayudarán tanto para el área de lenguaje, como en la relación contigo y en su desarrollo socio-emocional.
4. Esperar una respuesta
Cuando “devuelvas” una interacción, espera la respuesta de tu bebé. Esto le dará tiempo de pensar, aprender y planear su respuesta.
Tomar turnos en la interacción también le ayudará a auto-controlarse, a ser más independiente y a relacionarse con los demás.
5. Todo tiene un principio y un final
Así como tu bebé comenzó la interacción, también te enviará señales cuando se sienta cansado o sobre estimulado. Puede voltear a ver otra cosa, tomar otro juguete o dejar de prestar atención.
Permite que tu bebé guíe la interacción
Recuerda: las interacciones de servir y devolver no tienen que ser largas y pueden ocurrir en varios momentos del día. Lo importante es hacer esos momentos divertidos e invitar a tu bebé a conocerte, conocerse a él mismo y al mundo que lo rodea.
Es inevitable que no se respondan todas las señales y mensajes del bebé, eso no es señal de alarma si la mayoría de sus interacciones son respondidas y si tiene interacción suficiente con otros y con el entorno. Esos breves períodos de tiempo también le ayudarán a diferenciarse de otros.
Fuente: Center on the Developing Child- Universidad de Harvard