¿Tu hijo está durmiendo mal? La culpa es de la pandemia
Desde que inició la cuarentena, hace meses, he notado que los patrones de sueño de mi hija han cambiado muchísimo.
Y todo es gracias a este virus que ha venido a modificar básicamente todo, como el sueño, y seguramente a ti también te ha pegado el insomnio en algún momento durante el encerrón.
Mi hija ha pasado de dormir rigurosamente a las 8 pm, a hacer berrinches en la noche porque dormir es lo más aburrido del mundo, y por supuesto dejó de tener su siesta del mediodía, - que era uno de mis momentos favoritos -.
Ahora le dan las 10 y parece que son las 6 de la tarde, eso sí, sigue despertándose a las 7 de la mañana, como siempre.
Y no soy la única, algunos niños también pueden estar sufriendo de pesadillas o terrores nocturnos, además de no dormir las horas que necesitan, por lo que podrían levantarse aún más cansados.
Cuando un niño no duerme bien, su estado de ánimo decae, se sentirá más estresado y esto puede provocar un círculo vicioso, en donde menos sueño provoca menos sueño.
Esto está pasando por muchas razones, una de ella es que su ritmo circadiano, que es el que le indica al cuerpo cuando ya es de día y cuándo ya es de noche, está siendo afectado por la falta de rutinas; el estrés que se puede estar viviendo en casa, ya sea por la enfermedad o una situación económica, y por las falta de actividades estimulantes que les permiten a los niños agotar su energía.
¿Qué podemos hacer?
- Primero dejar de hacer el momento de sueño como un momento de castigo, hacerles ver que descansar es vital para todas las personas y hablar con ellos al respecto, contarles cuentos y bajarle al estrés por dormir.
- Retomar las rutinas. Si antes de la pandemia el momento de dormir comenzaba con un baño, un masaje y un cuento, sigue esa rutina y trata de apegarte a eso todos los días, a la misma hora. Ten media hora de colchón, para que tu hijo pueda terminar su juego o la película y no se frustre o enoje para pasar a la siguiente actividad.
- Despiértalo a la misma hora, tal vez quieras dejarlo un ratito más, pero es importante que sus horarios se mantengan, de igual forma a la hora de dormir como a la hora de despertar.
- Aumenta la actividad física, hagan mínimo dos actividades de 30 minutos constantes, pueden salir a caminar, jugar a la pelota, salir con la bici, o saltos y escaladas. De igual forma, salir de casa de forma segura, ya sea al jardín o a pasear, le ayudará a mejorar el sueño.
- Busca nuevos estímulos cognitivos y nuevos aprendizajes, y antes de que te partas la cabeza añadiendo más actividades extras a las de la escuela, puedes usar lo de todos los días, las labores de casa pueden ser una gran actividad para ellos, que pueden ir reforzando cada día, como tender su cama, lavar trastes, regar las plantas, lavar las verduras.
Poco a poco sus horarios volverán a la normalidad, siempre cuida que esté durmiendo más de 8 horas y busca ayuda si hay algo que te esté preocupando de más.
Verificada por Karen Zaltzman, Pedagoga especializada en crianza respetuosa.