A ese papá que no estaba listo para ser papá, pero que está haciendo su mejor esfuerzo
Tal vez la paternidad te llegó sin planearlo, cuando apenas estabas disfrutando los frutos de tu trabajo o cuando empezaba tu matrimonio.
No eres el único. Muchos han tenido que hacerse padres de la noche a la mañana en un estado de coma por no aceptar la realidad, mientras sus esposas comenzaron a sentir la maternidad desde la primera náusea.
Quizá te tomó mucho tiempo entender tu rol de padre, abrazarlo y ejercerlo sin sentir todo el tiempo que una parte de tu vida había sido arrancada de tajo, sin aviso y de forma cruel.
Tus hijos te han quitado el tiempo con tu esposa, tu dinero, tu energía, pero seguramente te han dado más de lo que has perdido, y ni siquiera podría ser una pérdida, simplemente tomaron otro nivel de prioridad.
Eres valiente y eres un buen hombre por no haber corrido a pesar de saber en el fondo de tu corazón que no estabas listo.
Es bien cierto que el amor de un padre comienza cuando ve a su bebé, a diferencia de nosotras, por lo que enamorase de sus hijos les toma más tiempo.
Ves a tu esposa dedicarse en cuerpo y alma a ese ser pequeñito mientras la atención que antes era para ti ya no existe, mientras ella te dice que pueden tener momentos juntos si la ayudas, y mantienen esa discusión por meses.