A nuestros amigos que nos siguen amando, aunque ya no hablemos con ellos todos los días

Sé que nuestra vida ahora es muy diferente al igual que nuestra relación, no hemos podido tener una cena decente en mucho tiempo donde solo podamos hablar de cosas que no sean de bebés, ni ir a los nuevos bares de la ciudad y terminar bailando sin zapatos. 

Ahora nuestra comunicación está en el teléfono y a veces olvidamos contestarnos por días. No quiero que se sientan mal por esto, no quiero que piensen que necesitan esforzarse para estar más o que algo está mal entre nosotras. 

Agradezco que estén en mi vida, poder saber de ustedes y verlas de vez en cuando, pero sobre todo doy gracias porque han logrado entender cómo es mi vida ahora y logran acoplarse con todo y niños llorando cuando vamos a desayunar, son empáticas y eso es lo que cualquier mamá necesita en su vida. 

Amigas que sean comprensivas, que acepten ir a comer a un lugar con ludoteca aunque no esté de moda, para que pueda al menos comer calientito y mis hijos me den un respiro de minutos mientras nos ponemos al día. 

Amigas que te digan “vamos al parque a llevar a los bebés” y que aunque no son amantes de los niños, hacen un papel de tías espectacular, corren, saltan, los suben a los columpios. 

Amigas que hacen que la maternidad se sienta más acompañada y menos sola. Que puedas poner en tu lista de contactos de emergencia de cualquier de tus hijos, aunque no se vean cada semana. 

Que entienden que si no puedo ir a tomar una cerveza en viernes por la noche no significa que ya no las quiero, que jamás dejan de invitarme, porque tienen la misma esperanza que yo, de que algún día volveremos a tener una noche de chicas como las de antes. 

Amigas que entienden que la vida es distinta ahora, que mis prioridades han cambiado y que quieren seguir en mi vida. 

Cuando pienso en ustedes, en medio del caos, solo puedo sentir un inmenso amor y gratitud por que le añaden a mi vida tranquilidad y no más problemas.