Mamá: Para poder cuidar, tú también debes sentirte cuidada
“Si tú estás bien, entonces los que están a tu alrededor también lo estarán”. ¡Cuánta verdad hay en esta frase! Hace tanto sentido, sobre todo cuando somos mamás, porque la mayoría del tiempo estamos tan preocupadas en atender a los hijos, la casa, el trabajo y un sinfín de pendientes, que dejamos nuestras necesidades al último, y eso, si es que queda un poco de tiempo.
Es urgente que hagamos un alto para comprender que para cuidar, necesitamos sentirnos cuidadas y amadas. Lo sé, se dice muy fácil, pero ¿qué necesitamos para ponerlo en práctica?
Tenemos que analizar cómo nos sentimos realmente, lo que nos hace felices, lo que nos entristece, lo que nos enoja y lo que nos emociona. Cuando logramos comprender todas estas emociones que tenemos dentro, podemos comprender nuestra forma de actuar con los demás.
También podemos identificar quiénes son parte de nuestra tribu, esas personas que nos aman y que sin duda estarán dispuestas a apoyarnos para crear una mejor versión de nosotras mismas y, por ende, tener una mejor crianza.
Cuando las mujeres nos sentimos apoyadas, cuando tenemos una tribu con la que podemos desahogarnos, y una pareja que nos apoya en la crianza sin que todo recaiga en nosotras, sin duda, tendremos momentos para nosotras, lo cual se verá reflejado en nuestra manera de criar, así como en la forma en cómo demostramos nuestros amor a nosotras mismas y a los demás.
Disfrutemos de momentos que llenan de nostalgia, recuerdos y que nos hagan rememorar todo el amor que somos capaces de dar a los demás. Consiéntete por las mañanas o por las noches tomando tu café con unas galletas Marias Gamesa®, baila la música que más te guste al centro de tu sala, canta a todo pulmón… No importa lo que hagas, pero hazlo porque quieres, porque te gusta y porque te hace sentir bien.