Lo que las mamás que han perdido a un bebé quieren que sepas
Es difícil y es doloroso, no importa el momento en el que haya pasado, es por eso que hay que ser cuidadosos con los comentarios que hacemos a alguien que ha perdido a un bebé.
Escapar de los comentarios de otros cuando estás pasando por una pérdida parece imposible. Aunque la gente puede entender que estás triste, no siempre entienden todo lo que se fue con ese bebé.
Es por eso que buscamos que las personas seamos más empáticas y comprensivas. Los abortos suceden sin saber las causas, algunas pueden notarlo de inmediato y otras pasan una semana sin saber que ya no hay latido.
Y ante su dolor, se encuentran con una sociedad que pide con urgencia que se recuperen de esa pérdida, con personas que les dicen que no fue su culpa mientras no dejan de pensar que son las únicas responsables por ello.
Escuchan frases como, “no te preocupes, tendrás otro bebé”, mientras en su mente quieren gritar que ni 1000 embarazos más y 1000 bebés sanos podrán reemplazar al que se acaba de ir.
Algunas personas que de corazón buscan hacer sentir mejor a su hermana, amiga o colega, les dan palabras de aliento y se les escapa un “al menos fue al inicio”, como si las 8 semanas que supo que estaba embarazada no hubiera sentido los cambios en su cuerpo, o como si no hubiera tenido en mente a su bebé.
Las mujeres no tienen que explicar por qué no son madres todavía y cuando reciben preguntas incómodas de hasta cuándo, recuerdan los abortos que han tenido y eso también es doloroso. No lo hagamos, muchas parejas se somenten a tratamientos de fertilidad y no tienen que avisar a todo el mundo, no son cosas que necesitamos saber.
Cada aborto es diferente y sí, hay mujeres que han sufrido dos o tres. Todos duelen y cuando llega un embarazo, el miedo se apodera de ellas hasta las venas y no dejan de pensar en si será de nuevo una pérdida, o por qué su cuerpo ahora si podrá si no ha podido con los anteriores.
Otros van más allá y se atreven a decir que no fueron madres porque nunca dieron a luz, y encima esperan que lo superen o que el tiempo curará. Tal vez no tengan a su bebé en sus brazos como lo esperaban, pero sintieron a un ser en su vientre. Tal vez no cambiaron pañales ni alimentaron, pero todo ese tiempo su mundo cambió por completo y puede que lo superen, pero jamás lo olvidarán, porque ante la naturaleza ellas ya fueron madres por el simple hecho de haber concebido.
Cosas como, “al menos sabes que puedes embarazarte”, “ya tienes un hijo, agradece por eso”, “tal vez no era el momento”, “todavía eres joven, lo puedes intentar de nuevo”, no deberían salir de nuestras bocas, no son reconfortantes, lo que sí es reconfortante es escuchar sobre su dolor, dejar que las mujeres hablen, lloren o escriban.