A las futuras parejas de mis hijos, tengo algo que decirles
Cuando pienso en que mi hija y mi hijo un día tendrán parejas, vienen a mi mente todas las suegras que he tenido y en cómo me gustaría ser cuando me convierta en una. Así que desde ahorita me estoy preparando para eso, y aunque todavía no los conozco, ya tengo algo que decirles.
Ustedes serán eso que por ahora han tenido conmigo: su hogar.
Serán los guardianes de sus secretos, sus sueños y sus pasiones. Ustedes podrán ayudarle a cumplirlos y compartir la alegría de realizar las metas que se propongan. Serán mejores amigos, confidentes y el amor de su vida.
Todavía no los conozco, pero sé que el día que lo haga, no tendremos una guerra ni competiré por el amor de mis hijos. Les abriré las puertas de mi casa y por qué no, un cachito de mi corazón.
Y si al final, juntos se van a quedar, formarán parte de ésta familia, compartiremos el amor de los nietos que vengan y los apoyaré, siempre tengan eso en cuenta.
Desde el día que conocí a mi esposo, supe que nuestros hijos se irían en algún momento, no nos pertenecen, y eso me rompió el corazón. Tengo que confesar que cuando los veo tan pequeños y dependientes de mí, no puedo imaginar que un día dejarán ésta casa, mucho menos que su corazón tendrá lugar para alguien más que no sea yo.
Lo sé, sueno como una suegra desquiciada, pero sólo estoy loca de amor, sé que un día ustedes me entenderán.
Lo que quiero para ellos es que después de todo, tengan las herramientas para formar su propio hogar, para tener su propia vida y cumplir su propósito, y sí, quiero ser parte de eso también, pero como espectadora del gran trabajo que hicimos al criarlos.
Quiero que busquen su felicidad así como le estoy enseñando a mis hijos a buscar la suya, para que al final, cuando tengan que compartir sus vidas, entre los dos se alienten para continuar y sean su motor.
Pero sobre todo, quiero que los amen, a pesar de que hay cosas que no nos gustan en el otro, y que ese amor sea recíproco, de esos que sientes que te explota el pecho y no puedes dejar ir, de esos que se respetan y que cuando se te complica la vida, todo se resuelve como magia que fluye.
No se olviden de mí, quiero ser parte de sus vidas, tienen que llamarme.