Es nuestro deber como mamá estar con nuestros hijos, pero ¿Por qué es tan difícil estar presente sin hacer nada más?
Todo mundo habla sobre la importancia de estar al pendiente de los hijos, de darles tiempo de calidad y estar con ellos de forma consciente. Sin duda, como mamá o papá lo intentas una y mil veces, pero por más que lo desees, se puede volver muy difícil estar presente con tus hijos.
Entonces surge la pregunta: ¿Por qué es tan difícil lograrlo?, ¿de dónde sacas más tiempo para estar con los niños y al mismo tiempo cumplir con los pendientes de la casa y el trabajo, dedicar unos minutos para ti y pasar tiempo en pareja?
Estar presente es muy sencillo y a la vez muy difícil. Estar presente se refiere a mantenerte en el aquí y en el ahora con tus hijos con todos tus sentidos. Estar presente es escuchar, observar, oler, tocar. Es poner toda tu energía mental en el momento para poder leer y dar respuesta a lo que tus hijos están comunicando.
¡Cansancio físico y mental, los principales culpables!
¿Por qué a veces no lo logras? Básicamente, el cansancio, ocasionado por el multitasking que pones en práctica el 70% de tu tiempo, es el que no te permite estar al 100%, no te deja enfocarte en una sola cosa, ni dedicarte al 100% a tus hijos para establecer una relación de apego.
Por ejemplo: ¿cuántas veces dejas de ver tus redes sociales para jugar conscientemente con tus hijos?, ¿o reduces el tiempo de jugar con ellos porque te aburres o estás más interesada en avanzar en tus pendientes?, ¿cuántas veces tienes que decirle a tu hijo que te repita su pregunta porque básicamente no la escuchaste la primera vez?
Estás tan desconectado del presente -por pensar en lo que tienes que hacer después- que realmente no sabes lo que siente, lo que piensa, a lo que le tiene miedo, lo que le preocupa o con su deseo de ser escuchado.
Al contrario, lo único que estás provocando es que tus pequeños se sientan rechazados, defraudados, enojados, estresados y ansiosos.
¡No te culpes, mejor actúa!
Con toda esta situación, no puedes dejar de sentirte culpable por no pasar el tiempo suficiente con tus hijos, y aunque cada noche prometas que el día de mañana será diferente, vuelves a caer en lo mismo.
Para que no sea así, tienes que darle a tus hijos atención con tus cinco sentidos -no se vale estar viendo el celular y sólo escuchar-, tiempo de calidad, aceptación, caricias y besos, así como palabras de aliento y cariño.
Otra recomendación es asignar horarios, organizar tu día y dejar un tiempo específico donde sólo te dediques a tu hijo. También, durante el día demuéstrale cuánto lo amas, ya sea con un beso, con una caricia, con un abrazo, al hacerlo reír.
Haz momentos libres de pantallas para toda la familia; guarda los teléfonos y tabletas en un lugar fuera de la vista. Cuida, sobre todo, hacer de las comidas, las rutinas de mañana, la hora de dormir y unos minutos de juego, momentos sin pantallas cercanas.
Cuando estés con tus hijos intenta utilizar todos tus sentidos para mantenerte en el aquí y ahora, no sólo los veas o escuches, tócalos, huélelos y muévete con ellos porque también es de gran utilidad. Cuando te des cuenta que te estás yendo a otra parte, con mucho amor y sin juicio regresa tu atención al momento las veces que sea necesario.
Revisado por Karen Zaltzman