Criar a tus hijos cerca de sus abuelos es el mejor regalo que les puedes dar
Los abuelos no solo son una extensión de casa, son un bonus de amor para nuestros hijos y para nosotros como padres.
Yo crecí conviviendo con mis abuelos, primos y tíos, ahora que soy madre estoy convencida de que eso quiero para mi hija:
La cercanía de la familia, las experiencias de vida de los abuelos.
Y esas costumbres que pasarán de generación en generación, como el amor por las plantas o las recetas familiares.
Los abuelos son manos extra para apapachar a nuestros niños, brazos para que duerman tranquilamente. Y una vez que crezcan, hacer pijamadas con los primos sin necesidad de hacer maleta, porque ahí ya tendrán una pijama y su cepillo de dientes listo para cuando quieran quedarse.
Son alentadores para las habilidades heredadas, como dibujar, bordar, pintar y los deportes. Y cuando se trata de jugar con las muñecas que fueron nuestras alguna vez, la abuela sentirá que está sacando los tesoros más preciados, o los carritos de papá y los sets de juegos que no dudará en sentarse con ellos a jugar con toda la paciencia del mundo.
Vivir cerca de ellos no solo significa que los domingos serán de casa llena, comida, juegos, películas y gritos.
Significa que puede haber días en los que sin ninguna razón estaremos todos juntos.
Son los mejores para cuidarlos y siempre están dispuestos a hacerlo, jamás olvidarán los cumpleaños de los niños, ni un festival de la escuela, o una tarde de vacunas solo para llevarlos después por un helado, tampoco dudarán en quedarse con ellos todas unas vacaciones para llevarlos a la playa o enseñarles el pueblo en donde nacieron.
Nuestros hijos se llenarán de historias, de raíces firmes, de identidad mientras que nuestros padres experimentan el amor sin medida, sin responsabilidad, sin reproches y envejecen de la forma más linda, mientras los más pequeños crecen.
Inspirado en un texto de Her View From Home.