Guía de meditación para niños pequeños
Seguramente has leído mucho sobre los beneficios de la meditación.
Esos minutos en los que a través de respiración y ejercicios de concentración que nos ayudan a conectar con nuestros sentidos, eliminamos el ruido en nuestra cabeza y nos enfocamos en el aquí y el ahora.
La meditación, esa práctica budista que tiene cientos de años existiendo, no se reduce a aspectos espirituales. Está científicamente comprobado, que lograr durante unos minutos relajar nuestra mente tiene grandes beneficios a nivel cerebral y físico.
Beneficios como:
- Disminuir el estrés y la ansiedad.
- Ayuda a sobrellevar el trauma.
- Tomar mejores decisiones.
- Disminuimos la presión arterial y disminuye nuestra frecuencia cardíaca.
- Duermes mejor y descansas más.
¿También para los niños?
¡Claro! además de todos los beneficios que ya mencionamos, un niño que medita:
Tiene más seguridad y autoestima. Al enfocarse en el interior, los niños se sienten más conectados con sus propias emociones y necesidades, lo que les ayuda a tener una mejor relación con ellos mismos y con los demás.
Hace menos berrinches. Así como lo lees, tal vez la solución a todos tus problemas está en la meditación. ¿Por qué? Recordemos que un berrinche es la manera que tienen los niños de liberar la frustración, el estrés, el cansancio o cualquier emoción que puede sentirse demasiado grande o intensa para que puedan manejarla con las herramientas que tienen.
Pero, un niño que medita, al bajar sus niveles de estrés y ansiedad es menos probable que se sienta sobrepasado por estas emociones.
Duerme más y mejor. La meditación aumenta los niveles naturales de melatonina, la hormona del sueño, lo que hará que sea más fácil para ellos la hora de dormir y también que su sueño sea más profundo y reparador.
¿Cómo lo hago?
20 minutos sentado respirando de manera profunda, en total y absoluta calma puede ser un reto para un adulto, imagínate para un pequeño.
Entonces ¿cómo le enseño a mi hijo a meditar?
Muéstrale con el ejemplo, háganlo juntos. Vuélvelo parte de su rutina, pueden hacerlo al levantarse o antes de dormir. Empieza por uno o dos minutos y ve aumentando el tiempo conforme se vaya haciendo más fácil para él o ella. Cuéntale los beneficios que va a obtener de la meditación.
Puedes ayudarlo con una meditación guiada: Pídele que cierre sus ojos, y enfoque su atención en los dedos de sus piés, luego en las plantas de los pies, tobillos, pantorrillas y así hasta llegar a la cabeza.
Pídele que imagine que su cuerpo se va pintando de un color, luego de otro y así hasta completar todos los colores del arcoíris.
Cuéntale un cuento en donde se imagine caminando por un bosque, detallando lo más posible cómo se ve, cómo huele, si está frío o caliente, los colores que hay, si hay algún ruido.
La clave para la meditación efectiva y todos sus beneficios es la práctica constante. Trata de sumarlo a tu rutina diaria y pronto empezarás a ver los resultados positivos tanto en tu pequeño como en ti.