¿Tu hijo mayor de 1 año come mal? Esto es lo que debes hacer

Cuando mi hija cumplió un año, vimos un cambio inmenso en su alimentación.

Pasó de amar las verduras a no querer probar ninguna, de comerse todo lo que le servían en su plato a solo tomar una cucharada, y “no quiero” se convirtió en su palabra favorita. 

En mi preocupación, comencé a pensar que estaba mal nutrida, que ya no iba a tener un crecimiento adecuado o no podría alcanzar su máximo desarrollo integral con lo poquito que estaba comiendo, además que recién la había destetado y ya no estaba tomando lactancia materna. 

Así que acudí con mi nutrióloga para que me ayudara, primero a entender por qué todos los niños pasan por esta etapa de picky eaters, y en segundo a buscar estrategias para que mi hija comiera mejor y hoy quiero compartirlo contigo. 

Lo principal es entender que cuando los niños llegan al año de edad, su ritmo de crecimiento disminuye considerablemente, lo que puede afectar su forma de comer, empiezan a haber cambios en todos los aspectos, ellos quieren tener más independencia, por lo tanto querrán decidir todo, incluyendo su comida. 

Es por eso que de un día a otro cambian sus gustos y lo que antes amaban comer ahora les da asco, porque en su pequeño cerebro en desarrollo, están tomando el control. 

Esto es lo que puedes hacer: 

Hacer la comida más divertida

Tal vez no tengas tiempo de hacerle caritas a cada uno de los platillos, pero si puedes jugar con los cubiertos y sus platos, esto llamará su atención y no sentirá que comer es una imposición, sino un juego. 

Sirve porciones pequeñas, separadas y variadas

Esto lo hace sentir en control de su comida, pues puede ver todo lo que hay en su plato y decidir qué sí quiere comer. Recuerda que la regla de oro sigue siendo: Tú decides qué hay de comer, él decide cuánto y qué comer de su plato, así que trata que las opciones sean de un gran contenido nutrimental. 

Involucra a tu toddler en la preparación de la comida

Esto lo hará familiarizarse con los ingredientes y aumentará su curiosidad para probar nuevos alimentos, además que es una forma muy bonita de incluirlos en dinámicas familiares, trabajo en equipo y por supuesto estimulación. 

Sé creativa

Presenta varias veces un alimento que le cueste trabajo de forma diferente, por ejemplo, la calabacita cocida, en crema, en espagueti, asada, en figuritas, hecha mousse. Muchas veces lo que no les gusta es la presentación y no tanto el sabor. 

También puedes darle a escoger entre dos opciones del mismo grupo, por ejemplo: “¿quieres manzana o pera con tus hotcakes?”.  

Relájate

Es normal que los niños coman un poco menos después del año, ya que no requieren la misma cantidad de nutrimentos, si notas que tu hijo apenas prueba la comida, detecta con qué texturas se siente cómodo. 

Por ejemplo, si ama los licuados, incluye siempre fruta fresca, semillas como almendras o nueces, superfoods como la chía o el amaranto, verduras como espinacas. Si tu hijo está tomando una leche de crecimiento que tenga 5 HMOs, Probióticos BL y proteína A2, estarás ofreciéndole nutrimentos que su cuerpo necesita para un máximo desarrollo integral hoy, para un mejor mañana.

Si solo le gustan los empanizados, haz nuggets de pechuga de pollo con chía o amaranto. Siempre ofrece verduras en su plato para que se familiarice, entre más exposición, más posibilidades hay de que tu hijo pruebe nuevos alimentos. 

Recuerda que esta es una etapa que pasará y aunque quisiéramos tener la fórmula mágica para alimentar a los niños la realidad es que no existe, pues lo que un día funcionó al otro día ya no será igual. 

Apóyate en tu intuición, escucha a tu hijo y recurre a tu tribu cuando lo necesites. 

Y por último, toma en cuenta que el cuidado de la alimentación en conjunto con un cuidado materno adecuado, un ambiente de respeto, amor, confianza, comprensión, tolerancia, vigilancia médica periódica y un estilo de vida saludable harán que tu hijo tenga un máximo desarrollo integral hoy, para un mejor mañana.