Razones por las que amarás la etapa del “NO”
¿Quieres tomar agua en tu vaso favorito? No. ¿Quieres que te de tu postre favorito? No. ¿Te doy el postre que tanto insististe en comprar? No. ¿Quieres que te rebane tu fruta como siempre? No. ¿Quieres que juguemos con tus muñecos favoritos? No…
Y así es el cuento de nunca acabar, para TODO la respuesta de nuestro hijo es NO. Aunque puede parecer desesperante o desafiante, en realidad es una etapa que amamos y valoramos cuando entendemos las razones detrás de ese NO, como las siguientes:
1. Ese NO significa que el niño está creciendo y se está dando cuenta de que tiene voluntad, pasa de sólo tener necesidades a tener deseos. Con el NO el peque se da cuenta que puede hacer cosas por él mismo, que es una persona por sí sola y no una parte de mamá o papá.
2. Como su vocabulario aún no es tan extenso (ya que empieza a partir de los dos años y puede durar hasta los cuatro), una palabra que se les facilita es el NO para expresar esa independencia; está desarrollando sus propios pensamientos y opiniones.
3. En un mundo en el que las palabras de los peques no tienden a ser muy escuchadas, los adultos tendemos a escuchar y hacerle caso a la palabra NO, por lo que es una herramienta de comunicación muy efectiva.
4. Es una forma de entender los límites, así como de aprender a establecer los suyos. No es un secreto que a veces (sólo a veces) usan la palabra NO para ponernos a prueba como mamá o papá, para conocer nuestras reacciones, las reglas y entender el comportamiento humano, y en un futuro replicarlo.
Pero, ¿qué podemos hacer como mamá o papá para no caer en la frustración ni en la desesperación durante la etapa del “NO”?
Empecemos a cambiar nosotros mismos, es decir, nuestra forma de expresarnos al cambiar el “no” por otras palabras o acompañarlo con una palabra positiva. Por ejemplo, “no grites, habla para escucharte mejor”, “sé que no quieres el plato de fruta, pero la dejaré aquí por si se te antoja”.
Al darles opciones no se sentirán obligados, sino que tendrán la seguridad de que ellos están eligiendo, sin necesidad de decir “NO”.
Seamos amables, así ellos lo serán; en lugar de dar órdenes, pidamos por favor las cosas como: “podrías prestarle a tu hermana ese color por un momento en lo que terminas de usar otro”.
Es difícil, pero intentemos tener paciencia. Si les mostramos una buena forma de reaccionar, seguramente ellos lo harán también en un futuro.
Fuente: University of Illinois Extension y revisado por Karen Zaltzman, Pedagoga especialista en crianza.