¿Cómo apoyo a mi hijo que vivió o vio alguna situación violenta? Estrategias por edad
Guerra, secuestros, robos, balaceras, desastres naturales… trágicamente vivimos en un mundo en el que todas estas cosas suceden.
Aunque quisiéramos, no podemos aislar a los niños ni pretender que viven alejados de todo lo que sucede y la información que genera.
Como adultos, tenemos herramientas y experiencia de vida que nos ayudan a entender y a organizar lo que sucede alrededor. Pero los niños, aún no. Las noticias difíciles nos asustan, pero a los niños más. Un evento como un asalto o un robo despierta mucho miedo en nosotros, en los niños todavía más.
Es importante calmarnos, intentar entender y no transmitir nuestro miedo a los niños. Primero tenemos que estar tranquilos nosotros, después ya podemos hablar y ayudar a los niños. Antes de validar lo que ellos sienten y platicar con ellos, hablemos nosotros sobre nuestros sentimientos e intentemos ponerles nombre.
Cuídate tú: come, toma agua y descansa. Recuerda que puedes buscar apoyo profesional si lo requieres. Si vas a hablar con tu hijo, busca un momento tranquilo para hacerlo. En especial, hazlo sentir seguro, querido y recuérdale que estás y está bien.
A continuación están algunas estrategias que te ayudarán a hablar sobre algún evento violento, como un asalto o un robo, que haya vivido en persona o para darle noticias duras a tu hijo según su edad.
0 a 2 años
- En este momento lo más importante es cuidar el vínculo con tu bebé. Hazlo sentir seguro, querido y cuidado. Míralo a los ojos, cárgalo y abrázalo.
- Recuerda que los bebés son como esponjas. Si tu tienes miedo o estás enojado, él lo sentirá y lo expresará de otra manera.
- Intenta mantener la rutina diaria lo más normal posible, esto le da seguridad y una sensación de continuidad.
2-6 años
- Evita o limita lo más posible que esté expuesto a noticias trágicas, violentas y sangrientas. Puedes ver las noticias después de dormirlos y platicar del tema cuando ellos no estén. No hables del tema al menos que ellos sepan algo, pero sí intenta estar al pendiente para ver si tienen necesidad de hablar, de expresar su miedo u otra emoción. Quizás no lo hablan, pero observas su juego y te das cuenta de que si saben algo. Si es el caso, habla con ellos de lo que sienten.
- Jueguen y hablen sobre sentimientos desde el nivel del niño. El juego es una gran manera por la cual los niños se expresan, sacan preocupaciones, se relajan y conectan contigo. Además del juego, pueden dibujar, cantar y leer, todas estas son actividades que permiten la expresión de emociones. Platiquen y re-cuenten lo que sucedió, para así comprenderlo más.
- Dile que lo que siente es normal y ayúdale a ponerlo en palabras. Dale permiso que pregunte todas las veces que lo necesite, pero siempre respetando sus tiempos.
- Recuérdale que él y su familia están bien, y que a pesar de lo que pasó hay cosas buenas que están sucediendo. Este tipo de noticias despierta mucho miedo y emociones fuertes en los niños. Recuérdale que hay policías, doctores y personas especialistas trabajando. Dile que esto no pasa todos los días y que él está seguro.
- Abrázalo, bésalo y dile que lo quieres.
- Simplifica ideas complejas y déjalas ir.
- No des información de más, utiliza palabras conocidas y trata de seguir adelante con el día.
- Procura ser flexible y comprensivo si llora, se angustia o está más irritable de lo normal. Esto es temporal y es una respuesta a lo que pasó.
- Intenta mantener una rutina para que el niño tenga una sensación de normalidad a pesar del caos.
7-12 años
- Lo mejor es esperar a ver qué saben y no dar información de más. Si no te preguntan algo, no lo tienen que hablar necesariamente. Si notas que tu niño está ansioso, enojado, aislado o si regresa en algún aspecto de su desarrollo, por ejemplo, no puede dormir o se hace del baño en la cama, acércate y platiquen. Para saber qué saben puedes preguntarle qué sabe, qué piensa y qué siente de eso. Pregúntale de qué han hablado en la escuela y con sus amigos.
- Sé lo más honesto y directo posible. Recuérdale que puede hablar contigo de lo que necesita. Los niños pueden conseguir la información de otro lado, así que mejor la consigan de ti. Aun así, no es necesario dar grandes detalles y una idea general basta.
- Busca momentos de convivencia intencional. Jueguen, realicen actividades que le gusta, vean amigos. Lo importante es que sepa que está seguro y que tu estás para él.
- Explícale que los medios de comunicación son sensacionalistas, amarillistas y que muchas veces exageran o son muy extremos para llamar la atención.
- Identifica el contexto y ponlo en perspectiva.Tú eres un adulto, tienes experiencia y más información. Con esto, ayúdale a ordenar sus ideas, a darle significado y claridad. Ayúdale a entender sus emociones fuertes, qué hay debajo de ellas y a distanciarse de las imágenes sangrientas y violentas que ha visto y tiene en mente.
- Es válido que le digas que tú también tienes miedo y que hay preguntas de las que desconoces las respuestas. Se vale decir “no sé”.
- Recuérdale lo importante que es ser una buena persona e intentar hacer el mundo un mejor lugar. Involúcrense en trabajo voluntario o apoyen alguna organización.
Adolescentes
- Reconoce que saben… pero no lo saben todo. Los adolescentes tienen acceso a información, a medios de comunicación y a redes sociales, aun así, puedes ayudarles a comprender, a llenar “lagunas” y a expresar lo que sienten.
- Intenta pasar tiempo de calidad con ellos. Quizás no hablen del evento en ese momento, pero poco a poco saldrá. Comparte tus sentimientos con ellos para que entiendan que no están solos.
- Invítalos a hablar. Aunque en la adolescencia es normal que los hijos se vuelvan más independientes, que formen sus propias opiniones y que ocasionalmente rechacen lo que otros adultos dicen, es importante que cuando sucede algo traumático haya conversación. Para esto, intenta no juzgarlo e invitarlo a expresarse, aunque no siempre estén de acuerdo.
- Compárteles fuentes confiables. Con toda la información disponible 24/7 es importante que un adolescente aprenda a discernir, a filtrar y a distinguir la verdad de la mentira. Preguntas que desarrollan su pensamiento crítico pueden ayudar: ¿de dónde saqué esa noticia? ¿de quién es esta opinión? ¿qué falta aquí? ¿qué no hace sentido y es sospechoso?
- Sé optimista y transmite esperanza.Tu hijo adolescente de por si ya está confundido, irritable y presionado. Noticias trágicas hacen que su mundo se apague más… intenta ayudarles a ver lo bueno y sobre todo, a pensar en maneras en las que pueden hacer un mundo mejor.
En fin, sin importar la edad de tu hijo, si notas cambios en su comportamiento, en sus hábitos de sueño o de alimentación, si lo notas distante, aislado, más irritable o miedoso, si tiene dolor de cabeza o de estómago, o algún otro cambio, no dudes en buscar el apoyo de un profesional.
Fuente: Common Sense Media y Child Mind