¿Qué pasa cuando asumes el rol de la mamá que todo lo puede?
Vida de mamá
Hoy en día ser mamá es completamente diferente a cuando éramos niñas. El rol de la mamá actualmente incluye ser la mujer que todo lo puede. Trabaja, va diario al gimnasio y tiene un cuerpo en forma, no envejece, hace a mano los disfraces de Halloween de sus hijos porque también es súper creativa, es paciente y amorosa 24 horas al día, hace de comer orgánico y no está cansada.
Cuando llega su esposo, los niños ya están bañados y cenados, ella lo espera feliz, enérgica, y lista para darle un masaje de pies.
Esta idea de la maternidad es en mi opinión lo equivalente a lo que es el photoshop para la celulitis; en otras palabras, lo más alejado de la realidad.
Estas mamás no existen, pero para todas nosotras mortales, es uno de los principales problemas en nuestra autoestima.
Las expectativas que tenemos de nosotras mismas son inalcanzables, y eso genera frustración y culpa. Y eso lo acabamos transmitiendo a nuestra familia.
¿Y si en lugar de poner la barra tan alta nos damos por bien servidas con lo que si hacemos bien? (eso cambia todos los días). ¿Y si nos reconocemos a nosotras mismas nuestros esfuerzos incansables para que nuestra familia funcione lo mejor posible?
Yo, por lo pronto, felicito a todas las mamás habidas y por haber. Aunque seguro alguien en algún momento nos platicó sobre cómo al convertirnos en mamás nuestro corazón se iba a expandir a una magnitud inimaginable, poco nos hablaron sobre las estrías y el dolor mientras se expande.
Raquel Caspi Miller
@psicologia.transpersonal
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