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Papás separados, pero familia feliz

Por: Ximena Méndez
Publicado: 17 de Octubre 2019
Vida de papá
Foto: IG @malintrane
Foto: IG @malintrane

¿Familia feliz? Pero, si los papás están separados ya no hay familia, ¿cierto? No, eso es totalmente falso. Entendamos primero que, culturalmente hablando, venimos cargando ideas ya (afortunadamente) obsoletas.

 

 

 

Desde siempre, al divorcio se le consideró como  algo malo y vergonzoso porque iba en contra de las buenas costumbres y de la moral. Era tan inaceptable que, a mediados del siglo XVIII, divorciarse se definía como –la  separación temporal de cuerpos– debido a que el matrimonio era un vínculo indivisible y era imposible que una persona contrajera matrimonio mientras su cónyuge anterior viviera.

 

 

 

En 1870 el Código Civil Federal vigente establecía que el divorcio no disolvía el contrato matrimonial y la separación podía pedirse después de dos años de celebrado el matrimonio, tomando en cuenta que el divorcio por mutuo consentimiento no procedía cuando la pareja hubiese vivido por más de 20 años juntos, ni cuando la mujer tuviera más de 45 años de edad. Imagina eso.

 

 

 

Por fortuna, la Revolución Mexicana trajo consigo reformas en este ámbito también. En la Constitución de 1917, el presidente en turno, Venustiano Carranza, decretó una ley donde se señalaba que el divorcio terminaba con el matrimonio y dejaba a las partes en aptitud para contraer otro. Gracias señor Carranza, ya íbamos avanzando.

 

 

 

Esta ley es considerada por muchos como la madre de la figura del divorcio en México, porque además estableció algunas de las causales de divorcio vigentes hoy en la ley mexicana.

 

 

 

Pero bueno, ¿y hoy? Hoy ya se ha avanzado un poquito más. En resumen, solo se necesita que uno de los dos quiera divorciarse para poder terminar el vínculo y las mujeres estamos mejor protegidas legalmente a raíz de muchos de años de injusticias en contra nuestra.

 

 

 

Todo esto va a que ya podemos ahorrarnos una cantidad de pleitos interminable para poder concentrarnos en lo realmente importante de este proceso: los hijos. 

 

 

Todos necesitamos un núcleo

 

 

 

Con total seguridad te puedo decir que los más afectados en un proceso como este, son los hijos. Es por eso que ellos deben el centro de nuestras decisiones. Si la pareja fuimos lo suficientemente maduros como para comenzar esta historia, debemos serlo de igual manera para cerrar este ciclo. Y por “cerrar el ciclo” no hablo de que digas adiós sin voltear atrás y ya está. Al contrario, separarte del padre o de la madre de tus hijos no te hace dejar de ser el padre o la madre, solo dejas de ser “espos@ de”. Pero siempre existirá ese ser que necesita que sus padres lo cuiden, lo apoyen, lo amen y lo escuchen de la misma manera, o hasta más. 

 

 

 

Piénsalo de esta forma. No hay mejor ejemplo para un niño que el que sus padres hayan optado por esa forma de paz y sigan siendo un gran equipo para él. Que sus padres sigan en diálogo constante y pacífico para tomar las mejores decisiones, seguirlos viendo en eventos escolares, seguir compartiendo tiempo de calidad juntos, seguirlos teniendo juntos en sus cumpleaños, poder compartir con ellos todas sus inquietudes e ideas, poder abrazarlos a ambos y sentirse amado, acompañado y escuchado, es todo lo que un pequeño de padres separados necesita.

 

 

Suele ser difícil separar el rencor u otros sentimientos de lo realmente relevante, pero, si este es tu caso, hazlo pensando que no hay mejor regalo que le puedas hacer a tus hijos que ese. Una familia feliz.

 

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