A mi bebé que se va al kinder, te amo con todo mi corazón 

A mi pequeño pollito que está creciendo más rápido de lo que mi corazón aguanta, mañana te vas al kinder, qué rápido pasó todo este tiempo ¿no crees? Donde solo estábamos tú y yo, pegaditos cuerpo a cuerpo pásabamos las mañanas de pijamas en casa intentando hacer cosas productivas.

Ay mi bebé, ahora serás un niño grande y siento que si parpadeo una vez más, mañana te me vas a la universidad. 

Mañana saldrás de casa con tu mochila llena de útiles nuevos, con tu uniforme que tanto te gustó para ir a un nuevo lugar donde estarán tus futuros amigos, maestras que jamás has visto y todo un mundo por descubrir.  

Comenzarás nuevas lecciones y estoy segura que aprenderás muchísimo, como una esponja que eres. Estoy tan orgullosa de ti. 

Mi corazón se infla de alegría, pero una parte de mi también está triste. Extrañaré tanto nuestras mañanas abrazadas en la cama, hacerte ‘hokeis’ de conejitos y corazones. Ver como juegas mientras yo hago algunos pendientes en la computadora. 

También me preocupa que mañana sientas miedo, que no puedas hacer amigos, que te pierdas para ir al baño, que tus maestras no noten que está siendo un día difícil, que no puedas comerte tu lunch, que no puedas abrir tu mochila, que se pierda uno de tus colores y te sientas muy triste o ansiosa. 

Sé que no puedo estar ahí si todo esto pasa, solo espero que todo el amor y la educación que te he dado en casa sea suficiente para que puedas enfrentar estos nuevos retos solita, sé que así será, mi amor, porque eres una niña muy inteligente, independiente, fuerte, valiente y con un corazón enorme. 

No, no estoy llorando, solo se me metió un “mi bebé ya es niño grande y mañana entra al kinder”, en los ojos. Te ama, mamá. 

Y creéme que cuando lleguemos a la entrada de la escuela y  tú te amarres a mi cuerpo llorando por no querer decirme adiós, yo estaré intentando disimular mientras armo los pedacitos de mi corazón roto sin que te des cuenta pero sabré, que es momento de dejarte ir.