¿Tu hijo no quiere ir a la escuela? Te decimos cómo resolverlo
Si todos los días hay una guerra con tu hijo por hacerlo ir a la escuela, es momento de tomar cartas en el asunto y darle solución a este problema que puede tener un origen más profundo.
Esta situación es muy común y todas podemos llegar a pasar por ese momento, sobre todo si hay cambios importantes como la transición del kínder a la primaria o después de las vacaciones largas o periodos de inasistencia por un problema médico.
Hay varios factores por los que un niño no quiere ir a la escuela, puede ser el miedo a fallar, los padres sobreprotectores, un mal ambiente en la escuela o un bully, la presión por sacar buenas calificaciones o ser un buen estudiante.
¿Qué hacer?
Lo primero es pedir ayuda desde las primeras señales pues muchos papás buscan una terapia o asistencia en la escuela hasta que el problema ya es más grave. Cada día perdido o de ansiedad tiene repercusiones en lo académico y emocional.
Paso 1:
Pregunta a tu hijo qué es lo que siente respecto a su escuela. ¿Tiene miedo o angustia? ¿Qué es lo que no le gusta? Estas preguntas hazlas en otro momento de calma y si tu hijo aún no puede expresar sus sentimientos porque es más pequeño utiliza el método de decir: ”He observado que no la pasas nada bien en las mañanas porque quieres quedarte en casa, entiendo que puedes sentirte enojado y preocupado, todos nos hemos sentido así.
Ir a la escuela es importante, ¿Qué crees que podamos hacer juntos para que asistir no sea tan malo?” Así observas, validas y direccionas tu comentario.
Paso 2:
Siempre ofrece amabilidad y escúchalo cuando esté hablando de sus emociones o en una crisis de ansiedad por llegar a la escuela. Ofrécele un abrazo para ayudarlo con la frustración y así en confianza y seguridad incentívalo a hacerle frente a sus problemas. Evadir los momentos de ansiedad sólo genera mayor ansiedad, pero sigue siendo firme con el objetivo.
Puedes decirle: “Sé que ir a la escuela puede ser muy difícil a veces, podemos resolver lo que te preocupa, pero es importante no faltar porque cada día cuenta”.
Foto: Naran Xadul
Paso 3:
Haz ejercicios en casa para reforzar su autoestima trabajando sus habilidades motrices, esto le ayudará a desenvolverse mejor en el salón de clases y a socializar más con sus compañeros, pues aumentará su seguridad y confianza en sí mismo. Los juegos de masita además de ser desestresantes, les permiten expresarse.
Si quieres ayudarlo a expresar sus emociones dale el set de Tropa Popó de Play-Doh, si quieres que trabaje su motricidad, dale el set de Galletas Divertidas.
Paso 4:
Ten una rutina con tiempos de sobra para las discusiones de no querer ir a la escuela, pues la mayoría de los niños dicen que no se quieren levantar de la cama y es por eso que no logran salir de casa a tiempo. Es muy importante mandar mensajes claros y ser muy congruente.
En lugar de decir “no puede ser que otra vez no quieras ir, tienes 5 minutos para pararte” y salir enojada el cuarto. Mejor di: “Ya es hora de levantarte para la escuela, sé que no quieres ir pero no puedes quedarte en casa”.
Paso 5:
Ve pidiéndole pequeñas metas en la mañana, como ponerse su uniforme, lavarse los dientes, desayunar y arreglar su mochila, una a la vez.
Paso 6:
Los días que se quede en casa, no lo tengas viendo la tele ni en pijama todo el día. Pídele que se levante de la cama y se vista, puede ayudar con las labores de la casa, hacer tareas o estudiar un poco, dale ejercicios que puedan reforzar las lecciones y limita la televisión o las pantallas.
Si estás preocupada por tu hijo y su negación cada vez es más constante no dudes en pedir ayuda, ya sea a un terapeuta o a su pediatra.