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¿Debemos darle a un niño que está gritando lo que quiere?

Publicado: 17 de Abril 2019
Criando con consciencia
Foto IG: manonproper
Foto IG: manonproper

Un grito enorme suena por toda la casa, mi hija quiere algo pero no sabe cómo pedirlo, en lugar de tratar de decirlo con palabras grita y llora como si nadie pudiera ayudarla. Yo trato de pedirle que se calme y me explique para poder ayudarle, pero ¿qué tan bueno es darle a un niño lo que quiere mientras está gritando?

Muchas veces se lo das para que deje de llorar, otras tratas de negociar, pero la mayor parte del tiempo sientes que estás en una guerra perdida constantemente.

De acuerdo con Janet Lansbury, hay tres típicos escenarios cuando esto sucede.

El primero es la edad del niño, si tiene 18 meses o más:

Todavía no articulan bien las palabras, a pesar de que ya entiende todo perfectamente no lo usa por completo. Y puede ser que esté pidiendo las cosas que quiere ya muy tarde, cuando ya tiene demasiada hambre, cuando ya tiene demasiado sueño, o cuando ya está muy enfadado. Si está pidiendo las cosas cuando ya es muy tarde, las palabras con las que podría decirlo simplemente no salen.

Las cosas que pide son las que normalmente le darían, como agua, comida o un abrazo, y al estar sufriendo por lo que pide, definitivamente tendrías que dárselas aunque esté gritando y tomar la situación como algo desesperado que no significa un berrinche ni nada por el estilo. Tomar las cosas con calma y ayudarlo porque para él las cosas están realmente hechas un lío, entre más calmada estés mejor saldrás de esa situación y más rápido.

Claro que te puedes anticipar, y dejarle su vaso con agua al alcance para que tome cada que tenga sed, pero hay que entender que es parte de esta etapa que es muy intensa y muy emocional.

El segundo escenario es cuando piden algo durante un berrinche para salir de ese berrinche.

Aquí la experta pone de ejemplo cuando te piden agua pero no quieren en el vaso que les das el agua. Tú puedes notar que las cosas que está pidiendo son irracionales. Lo que dice Lansbury es que en realidad no se trata del agua, sino de que necesita sacar todas las emociones que tiene y cualquier cosa que le des no lo tranquilizará porque no es lo que requiere, sino sacar todo lo que trae.

Velo con aceptación, respira, cuídate y confía en esa rabieta. Eso es lo más saludable que puedes hacer ahora mismo, dejarlo ir y mantenerlo a salvo. Porque necesita sacar todas esas emociones y la única forma de hacerlo es dejándolo. Como mamá solo puedes empeorar las cosas si entras en la dinámica del berrinche y te enojas con él.

Velo como algo que él necesita hacer para entender sus sentimientos y no de darle lo que pide, sino de ver que hay detrás, si es enojo, cansancio, sueño, o solo es un mal día. Entonces podrás atender lo que es realmente importante, como llevarlo a dormir, salir de casa un momento para que se despeje o darle un abrazo.

Y el tercer y último escenario es cuando quieren algo que tu ya les has dicho que no.

Cosas como que quiere comer más postre cuando ya comió su ración, cuando quiere seguir jugando pero ya es hora de dormir, cuando quiere algo que es peligroso. Aquí en este caso lo mejor es mantener tu postura ante el límite y no ceder.

Porque un bebé de 18 meses, que está en la transición de ser un niño, está recibiendo más negativas que en toda su vida, ahora está conociendo que hay límites y que hay líderes en casa, que hay alguien que dicta las reglas y que tiene rutinas y límites.

Cuando cedemos, porque no podemos con su llanto y no queremos lidiar con sus emociones.

Solo les estamos dando el mensaje de que no podemos con sus emociones, que nos dan miedo porque sentimos que están inseguros ahí en el berrinche y el llanto, y que tenemos que rescatarlos, por lo tanto no aprenderán a autoregularse.

Y en cuanto a las cosas que pide de esa manera, solo les enseñamos que si lloran más, más fuerte y con más pataletas, conseguirán lo que quieren y quedan atrapados en un círculo vicioso, tanto el niño como la mamá.

Lo que tienes que hacer ahí, según la coach de crianza, es no enojarte, permitirle vivir ese momento de descarga emocional y listo. Con el tiempo los lazos que creará contigo gracias a esa confianza serán muy fuertes, y las rabietas poco a poco irán mejorando, no te desesperes.

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