No soy una carga, no soy un error, no soy un castigo. Soy un milagro y un regalo para mis papás
Los abrazos y besos que hoy no demos y el tiempo que no compartamos no volverá. Estar con los hijos hoy es prioridad y lo demás puede esperar.
El tiempo se nos va entre los dedos, las manitas pequeñas de pronto ya no quieren tomar las nuestras y piden libertad para buscar el consuelo en otros lugares.
Los juegos de cosquillas y ataques de besos han dejado de ser divertidos, cada vez son menos los momentos donde se comparte absolutamente todo y sólo nos quedan los recuerdos de una infancia hermosa que mantiene latiendo nuestro corazón de madre.
Antes de que eso pase, tómate el tiempo que necesites para estar con tus hijos, ellos te necesitan a su lado porque tu mayor proyecto hoy es darles una infancia feliz con bases fuertes.
Ellos necesitan vivir su infancia llenos de amor y sin vacíos. No necesitas darle cosas caras ni comprarle demasiados juguetes, porque las memorias se forman de sentimientos y momentos especiales, no de las cosas materiales.
Los niños no disfrutan del tiempo en soledad, porque tienen una necesidad natural por la cercanía con mamá y papá casi igual que el alimento.
Necesitan ver la vida a través de burbujas y ser valientes cuando sostenemos sus manitas mientras se deslizan de una resbaladilla. Necesitan hacernos todas las preguntas que llegan a su mente y dibujarnos lo que pasa por su cabeza, mostrarnos sus lunas de colores y las flores que crecen en el mar.
Necesitan de nuestros brazos cuando los días son inmensos para ellos y las cosas no tienen explicación alguna. Necesitan escuchar nuestro corazón para saber que están seguros.
Ya habrá tiempo para lavar la ropa, para trabajar de tiempo completo, para tener la casa impecable y poder ir a las fiestas de fin de semana, porque hoy ellos son prioridad, su tiempo es oro a nuestro lado.
Si no podemos estar todo el día junto a ellos, porque tenemos que trabajar, nuestras horas a su lado serán aún más sagradas.