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Las horas de juego en el parque son cruciales para el futuro de tu hijo

Publicado: 23 de Enero 2019
Criando con consciencia
Foto: Twenty20
Foto: Twenty20

Cada hora qué pasa tu hijo en el parque es una hora en la que aprende habilidades valiosísimas para el presente y el futuro.

Hay una etapa muy importante en la que los niños aprenden a percibir su propio cuerpo en un entorno, se llama propiocepción y sentido vestibular. Esto es lo que hace que sepas donde están las partes de tu cuerpo sin tener que mirarlas, y gracias a eso puedas cambiar tu pie del acelerador al freno sin ver, escribir en un teclado sin mirar las letras o llevar las palomitas de la caja a tu boca de manera automática. Mientras que el sentido vestibular es la capacidad de apreciar tu cuerpo en relación a las cosas que te rodean, es lo que te conecta con otros sentidos y te da el equilibrio.

Esto se desarrolla antes de los 6 años gracias a actividades físicas y el parque con juegos es el mejor lugar para aprender a hacerlo.

Hoy en día los niños pasan la mayor parte del tiempo frente a pantallas, según la Asociación Americana de Pediatría, los niños pasan alrededor de 8 horas viendo videos, televisión o jugando con celulares o tabletas. Lo que disminuye la capacidad de desarrollar la propiocepción.

Cada que voy al parque veo a más papás atrás de sus hijos que sentados en las bancas. Escucho todo tipo de comentarios que empiezan con las palabras “no” o “cuidado” y mucho estrés en ellas. Esto es porque como papás estamos alertas de cualquier accidente y vemos cientos de peligros que podrían pasar en un parpadeo cuando nuestro hijo quiere subir las escaleras, se quiere aventar de cabeza de la resbaladilla o corre sin control en un camino de piedritas.

Pero todas estas actividades que requieren esfuerzos físicos y representan retos para los niños son las que les ayudará a hacer muchas cosas de adultos, algunas como escuchar, poner atención y poder mantenerse quietos.

Primero tienen que conocerse, reconocerse en el ambiente, controlar su cuerpo para poder hacer lo otro. Sin propiocepción y sentido vestibular, hacer cosas sencillas como probar nuevos platillos, ponerse su propia ropa, hacer la tarea, o bailar podría ser la actividad más difícil y nefasta para ellos en el mundo.

Algunas cosas que puedes hacer para ayudar a desarrollar estos sentidos:

  • Dedica tiempo de juego al aire libre, todos los días.
  • Corran en círculos.
  • Suban un monte y bajen rodando.
  • Subirse a los columpios.
  • Escalar.
  • Saltar una cuerda.
  • Jugar en los pasamanos.
  • Nadar
  • Bailar
  • Cargar cajas
  • Empujar un carrito o vagón grande.
  • Barrer hojas del pasto
  • Levantar cosas pesadas del suelo
  • Cavar en la tierra
  • Cargar cubetas con agua o arena
  • Jugar con masitas
  • Dar abrazos
  • Saltar en un brinca brinca
  • Masticar cosas de distintas texturas
  • Apachurrar cosas

Tu papel como papá en los juegos es de sombra de tus hijos, sobre todo en un inicio. Déjalos que tomen riesgos, que exploren y se atrevan, solo mantente cerca en caso de que pierdan el equilibrio o se atoren, pero siempre resistiendo la tentación de sobreproteger y sobre ayudar.  

Recuerda que tus hijos conocen su cuerpo y sus límites cuando exploran de manera autónoma. La razón por la que sientes que tu hijo no te escucha está en su atención y la forma de hacer que esto suceda es dándole prioridad al juego.

Con información verificada por Karen Zaltzman, Coach de Crianza.

 

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