Cómo corregir el mal comportamiento de tu hijo a través de la crianza positiva
Cada vez escuchamos más de la crianza positiva o respetuosa para manejar los berrinches y el “mal comportamiento” de los niños, pero ¿cómo empezamos a corregirlo o a aplicar esto en casa?
Según la doctora Dan Siegel, autora del libro “Disciplina sin drama”, estos momentos de corrección o disciplina son sumamente importantes, pues es cuando los papás tenemos más oportunidades de educar a nuestros hijos de forma más poderosa.
Cuando veo a mamás queriendo mantener a sus hijos calladitos y sentaditos, gritándoles porque tiraron sus galletas al suelo y amenazándolos con castigos, me pregunto si ellas saben de qué forma los están dañando.
Sé que en los tiempos de nuestros papás y abuelos, los golpes siempre eran la solución a todo, incluso hoy en día nos siguen bombardeando con mensajes de que a nuestros niños les faltan nalgadas, creo yo que a los adultos les falta paciencia y empatía con los sentimientos y la naturaleza de un niño. Pero ése es otro tema.
Siempre que platico con mis amigas y mi hermana sobre la crianza respetuosa, todas llegamos a la conclusión de no saber cómo empezar, de no saber si los pequeños lo van a aceptar o si eso solucionará el desastre que tenemos con ellos. Y peor aún, qué hacer con la presión social cuando alguien te dice que a tu hijo le faltan unas buenas nalgadas.
(Tengo que tomar este párrafo para decirles que si no saben cómo empezar, aquí pueden escuchar a Karen Zaltzman, coach de padres y experta en el tema con consejos súper eficaces para manejar los berrinches y cómo poner límites de forma respetuosa, solo den click aquí.)
Regresando al tema, la violencia y los gritos jamás serán buenos, ni mucho menos la solución, y hay muchos estudios al respecto que te lo pueden confirmar.
Pero qué hacer entonces: conectar antes de regañar.
Hay que descubrir de dónde viene el mal comportamiento y sobre eso actuar. Es decir, tenemos que dejar de ser impulsivas y tomarnos un momento para entender por qué tu hijo está pegado en la puerta de la calle llorando porque no le quisiste dar las llaves y además lo dejaste adentro.
Hay que dejar de tomarnos las cosas personales. Los niños jamás tirarán la cubeta de agua porque quieren verte trapeando de nuevo o porque quieren hacerte sentir mal. Pudo haber sido un accidente o simplemente querían ver qué pasaba si el agua se salía de ahí. Es por eso que debemos ver las cosas que suceden desde el punto de vista de ellos, bajarnos a su nivel no sólo físicamente para hacer contacto visual, sino mentalmente.
Corregir e involucrarlo es importante, pues les enseña que cada acto tiene una consecuencia, pero ésta siempre debe ser relacionada a la acción. Si tu hijo rompió la maceta, tendrá que ayudar a pegarla y recoger la tierra, jamás le digas que por eso ya no irá a ver a sus abuelos o se quedará sin cenar.
Cuando conectas con ellos, les das la oportunidad de confiar en tí, de ser siempre sinceros cuando cometan errores y de pedir ayuda. A ti te dejará conocer más a tu hijo y a entender sus necesidades, lo que le molesta y frustra.
Tal vez, la primera vez que apliques esto no tendrás muchos resultados, es por eso que hay que ser constantes, firmes y siempre marcar los límites, con el tiempo descubrirás que ésta manera de educar a tu hijo los hace más felices a todos, aprenderás a confiar en él y a estar segura de ti misma y de que estás enseñándole lo mejor.
Y por último, aprenderás a quitar todas las expectativas que tienes en tu hijo y en ti de ser la mamá perfecta, con todo perfectamente en su lugar y tu mente perfectamente en paz. Porque eso no existe ni aquí ni en China.
Somos mamás y es justo en esta etapa donde nos enfrentamos a emociones que cambian de un día a otro y a niños impredecibles que nos pondrán a prueba y tendremos que sacar toda la paciencia del mundo y la serenidad para enseñarles lo mejor, incluso, si es necesario analizar la crianza positiva ante mal comportamiento.