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La forma en que ejerces tu autoridad revela cómo serán tus hijos

Publicado: 13 de Abril 2018
Educación
Foto: IG @lu_mulloy
Foto: IG @lu_mulloy

Años atrás (por no decir muchos), bastaba una mirada fija y profunda de los papás para que los niños entendieran que tenían que quedarse tranquilos y obedecer.

Actualmente, existen tantos tipos de autoridad que dependiendo de la que ejerzas, tus hijos se comportan de una manera, para bien o para mal.

Por ejemplo, existen niños que hacen caso a la primera, otros que hacen su voluntad, algunos caprichosos y otros con los que puedes hablar y llegar a acuerdos. Incluso, algunas veces parece que no existe un tipo de autoridad.

De acuerdo con María Jesús Jiménez, experta en terapia infantil, la autoridad es necesaria para guiar a los niños a conocerse, aprender a regular sus conductos, a tomar decisiones y a resolver conflictos.

Debido a que los bebés no nacen con un manual que diga qué hacer en ciertos momentos o cómo educarlos, cada papá adopta un tipo de autoridad que va de acuerdo a sus necesidades, sin embargo, éste influye directamente en el comportamiento actual y futuro del pequeño.

¿Qué tipo de autoridad practicas?

1. Autoritaria

Te gusta tener el control, así que impones normas rígidas, recurres a castigos; no reconoces el esfuerzo de tus hijos. Se hace lo que dices, tienes muy poca o nula comunicación con él.

En este esquema de autoridad, los niños suelen tener una falta de autonomía, autoconfianza, creatividad, escasa competencia social. Normalmente son agresivos e impulsivos. Son poco alegres y espontáneos.

2. Permisiva

Tienes poco control y demuestras mucha empatía (más de la que se necesita), no reaccionas ante conductas negativas o positivas. Eso sí, atiendes y respondes a las necesidades o deseos de tus hijos. Eres pasivo y evitas la imposición de castigos o restricciones. Incluso, eres muy paciente porque toleras todos los impulsos de tus pequeños. Básicamente te dicen que eres un trasatlántico.

Los niños se caracterizan por tener poco autocontrol, baja competencia social, una mínima motivación, poco respeto a las reglas o personas, baja autoestima, inestabilidad emocional, no logran tener una identidad definida y bajos logros escolares.

3. Democrático

Eres muy sensible a las necesidades de tus hijos y no pierdes oportunidad para demostrar tu amor hacia ellos. Ofreces explicaciones y promueves con ejemplo lo que debería ser una conducta adecuada. También pones en práctica la disciplina inductiva o técnicas punitivas razonadas (es decir, no castigas porque sí), al establecer límites claros y firmes. Favoreces el intercambio y la comunicación abierta en la familia, lo que promueve el calor afectivo y un clima democrático.

Los hijos tienen una gran competencia social, autocontrol, motivación, iniciativa, una moral autónoma, una alta autoestima, son alegres, espontáneos, altruistas y responsables. Casi no tendrán conflictos con los papás.

4. Indiferente

Un padre ejerce este tipo de autoridad cuando no tiene una cercanía o muestra una relación afectiva en los asuntos de sus hijos; es decir, invierte poco tiempo en la educación de sus hijos. Eso sí, son muy alegres y vitales.

De esta manera, los niños tienen una escasa competencia social, no controlan sus impulsos, son agresivos. Tienen una escasa motivación y capacidad de esfuerzo. Son inmaduros, ansiosos, pero alegres y vitales.

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