Cómo limitar los dulces de manera respetuosa
Cultivar una relación positiva entre tu peque y la comida, puede ser un poco complicado, especialmente cuando se trata de dulces, ¿pero cómo se debe tratar el tema?, ¿hay que prohibirlos?, ¿pueden comerlos a diario?, ¿los dulces son buenos o malos?
El paso uno es nunca hacer clasificaciones, es decir, no hay comida buena ni mala, tampoco uses expresiones como alimentos que nutren y comida chatarra, opta por “comida de siempre” y “comida de a veces”. Teniendo esto sobre la mesa, podemos ir desmenuzando el tema.
1. Evita usar dulces como premio o castigo
Esto condiciona la actitud de tu hijo con una recompensa, lo cuál no es saludable ni adecuado, tampoco es recomendable usar frases como “si te portas bien, te compro un chocolate”, porque volvemos a lo mismo.
Evitar asociar dulces con comportamientos específicos ayuda a desvincular la comida de recompensas o castigos, promoviendo una relación más saludable y natural con los alimentos.
2. Establece horarios
Es decir, busca darle estructura a los momento de comer dulces o chatarra, por ejemplo, después de comer o a media tarde con el snack. Tú eliges el tiempo y el lugar para ofrecerlos, y puedes organizar una comida más completa, por ejemplo chocolate, fresas y galletas de arroz.
Con esto ayudarás a que tu hijo ya tenga alimentos saludables en su pancita y simplemente coma algo dulce por gusto.
3. Pon el postre o dulce en el mismo plato
Puede sonar controversial, pero créeme que funciona. Si ofreces el postre al mismo tiempo que el resto de la comida, permites que tu hijo se regule, aprenderá a disfrutar de todos los alimentos en equilibrio. Además, esta integración enseña la importancia de la variedad y moderación en cada comida.
Esta última sugerencia idealmente se debe usar de vez en cuando y funciona más para los peques que se muestran ansiosos por terminar su comida para comer postre. Cuando lo pones dentro del mismo plato, neutralizas su importancia, ayudándole a regularse.
Al seguir estos consejos, le estás ayudando a construir una relación saludable y positiva con la comida. Recuerda que cada elección alimentaria es una oportunidad para enseñar hábitos que perdurarán toda la vida.