Querido Hijo: hay días en los que siento que te estoy fallando
Tengo una confesión para ti.
Hay días o momentos en que siento que no soy la mamá que quisiera ser. Quisiera ser genial; y a veces lo soy, pero a veces no.
Todos los días cometo errores.
Hay veces que soy demasiado dura contigo, cuando debería ser más sensible.
Hay veces que grito y me desespero, cuando tú sólo estabas siendo un niño normal; ruidoso y preguntón, como los niños deben ser.
Hay veces que me escondo y te alejo o te pongo a ver la tele un rato, porque necesito un tiempo a solas, a pesar de que tú estás tan necesitado de mí. Y luego te extraño y me duele que no respondí diferente.
Hay veces que confundo un dolor real que estás sintiendo por una mala actitud. Y cuando te quejas, te regaño y te corrijo. Cuando lo único que necesitabas de mí, era mi amor y cuidado.
Hay veces que mi preocupación por ti y por tu futuro, me hace olvidarme de relajarme y disfrutar de ti. Me olvido de reír contigo y de jugar.
Hay veces que no te valoro y te doy por sentado. Hay veces que se me olvida agradecer el maravilloso milagro de tenerte.
Porque cuántas mujeres no tienen la fortuna de tener a sus hijos a su lado.
Hay veces que por estar tan ocupada, hago como si te escucho cuando me hablas, pero en verdad no te estoy prestando atención.
Luego me arrepiento de no escuchar cada cosa que tienes para contarme.
Porque no hay nada más importante que escucharte.
Por eso necesito que sepas algo.
Pues es fácil aferrarse a las cosas negativas y olvidar todo lo positivo.
Pero quiero dejar las cosas claras:
Foto: IG @chasingsummerfields
Tú eres el amor de mi vida.
La luz de mis días. El sentido de mis esfuerzos, de cada uno de mis movimientos.
Eres lo que más me llena de orgullo, tú eres lo mejor que he hecho en mi vida.
Pero resulta que nunca, nunca, voy a ser perfecta, pero siempre, siempre te amaré, y siempre y para siempre estaré en tu equipo. Eso sí te puedo prometer.
Por favor, sigue ayudándome a verte y a conocerte. Sigue diciéndome cuando herí tus sentimientos. Sigue compartiendo conmigo tus miedos y tus inseguridades, y lo resolveremos juntos.
Confieso y acepto que cometo errores como mamá.
Y al hacerlo espero que mi debilidad te enseñe algo. Espero que cuando encuentres tus propias debilidades, miedos y cansancios, los puedas aceptar y puedas amarte con todas tus cosas. Buenas y malas.
Cometerás innumerables errores, al igual que yo, pero ninguno podría oscurecer la luz que veo cuando te miro.
Tú eres mi tesoro, tú eres mi razón.
Para Leo y Gael.
Por Sandy Bleiberg