Hombres: 5 cosas que evitarán que tu esposa tenga un colapso nervioso
Les paso mi lista de lo que hizo mi esposo para salvarnos del divorcio… o de matarnos.
1. Salidas semanales que incluyan vino y cena
Pasar toda la semana solo quitándome la camisa llena de manchas de baba y comida que me dejó el cuidar a tus hijos todo el día sólo para ponerme pijama, NO ES VIDA. Necesito tener la necesidad de vestirme con algo que no sean los pants cómodos que compré hace 10 años, ponerme rímel, alaciarme el pelo y dar brincos mientras trato de entrar en mis pantalones sexys pre-kilos de embarazo.
Nada me dará más salud emocional como que por una noche a la semana, dejemos a los niños con mi mamá y nos emborrachemos mientras nos reímos como cuando éramos novios. Se que nuestra velada romántica semanal puede resultar una idea cara, pero créeme, mucho más caro sale un divorcio.
2. Escoge una tarea doméstica y hazla tuya
No sé si estás consiente de cómo están las cosas por aquí, pero yo no tengo ni tiempo para ir al baño. No sabes cómo envidio a esas personas que tiene el tiempo de darse el lujo de sentarse en el trono, a jugar con su celular mientras hacen popó. Tengo tantas cosas que hacer que si no hago tres cosas a la vez, no acabo.
Vivo en un eterno campamento de entrenamiento militar donde los sargentos tienen menos de cinco años y nunca aceptan las cosas para luego. Así que una buena forma de ayudarme es que escojas una tarea doméstica diaria y la saques de mi lista de quehaceres y que yo nunca tenga que recordarte que la hagas. Puede ser todos los días encargarte de sacar la basura o preparar las loncheras de los niños. Tú eliges.
3. Nunca (pero nunca) me digas que me veo cansada
No hay mucha explicación sobre esto, tengo tres hijos pequeños y es obvio que no me veo en mi mejor momento, pero en mi idioma personal cansada es igual a jodida. Si me ves en esta situación, limítate a no sacarlo de tu boca y adelántate a prepararme el agua tibia de la tina, poner música suave, cerrar la puerta y encargarte de que por una hora los niños no me busquen y no se maten.
4. Ten siempre listos los kleenex y una plática de autoayuda para emergencias
Ya me conoces, soy una máquina de lágrimas: si estoy estresada: lloro, si alguien me gana el pantalón en descuento que tanto quería comprar: lloro, si mi hijo me escribe un poema en el día de las madres: lloro. Estoy tan mal que lloro cada vez que veo que matan a la mamá de Bambi. Necesito de tu hombro y de tus palabras de aliento en mis días tristes. Nada me trae más estabilidad que tu consuelo.
5. Reconoce y presume (si se puede a tu mamá) mis logros y éxitos
El amor se construye mucho por la admiración. Y duele mucho que nadie valore los sacrificios y partidas de lomo que hago cada día. Tus palabras y cariños que me demuestran tu reconocimiento son como medicina para mi alma. Que le cantes a tu mamá lo bien que cuido de ti y de tus hijos, es la cereza del pastel.